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El Mesías contemporáneo (Concierto)


El siguiente es un concierto que pretende actualizar la famosa obra de Georg Haendel "El Mesías", el cual está basado en la vida de Jesús. En esta versión se mezcla la música original con arreglos e instrumentos electrónicos y en él participan cantantes de música cristiana contemporánea de principios de los 90 como Matthew Ward, First Call, Twila Paris, The Imperials, Sheila Walsh, Whiteheart y Phil Driscoll.

El resultado es mixto, quizá lo odies o quizá te parezca una genialidad. He encontrado que muchos jóvenes y niños lo disfrutan. Muy apropiado para celebrar el nacimiento del Mesías.


Aquí el concierto completo:





Sufrimiento y Tarjetas de Navidad

¿Qué le dices a una persona en Navidad cuando sabes que está sintiendo una tristeza muy grande? Es fácil envolverse en la alegría de las fiestas y olvidar que para muchos está será una época difícil de atravesar. Las posibilidades son varias:

1) Hacer como que si nada malo estuviera ocurriendo y más bien contagiar a quien sufre con el "espíritu navideño". Después de todo, se supone que esta es una época para celebrar. Sin embargo, pronto te das cuenta que esta alternativa muestra insensibilidad y hasta un poco de crueldad.

2) Si no sabes qué decir, entonces no dices nada. Te alejas prudentemente y esperas que se le pase la tristeza al que atraviesa el dolor. Muchos incluso dicen "Es que no soy bueno para estas cosas", por lo que se quedan callados. La verdad es que esta alternativa es solo parcialmente útil. Es cierto que es mejor el silencio que las palabras inadecuadas, pero si la persona es cercana a ti, más que palabras específicas, necesitará tu presencia y tu voz expresando amor de maneras claras, variadas y creativas.

3) Utilizas las conocidas frases: "Sé como te sientes", "te acompaño en tu pena" o alguna de sus variaciones. En realidad, quizá sea mejor el silencio que utilizar una de estas fórmulas prefabricadas y artificiales, sobre todo porque en el fondo no es verdad que sabes cómo se siente la otra persona, ya que las penas y tragedias y los sentimientos que provocan son únicas para cada persona.

4) Te dedicas a dar explicaciones teológicas o bíblicas de por qué sucede lo malo y qué clase de propósitos perfectos tiene el Señor en el mundo. Esta opción, aparte de ser fría y calculadora, hace que falles en tu afán de traer consuelo o fortaleza a la persona. Además, en la Biblia, Dios generalmente no da explicaciones complejas acerca de lo que sucede en el mundo. Lo que sí hace es que acompaña a los que sufren y llora con ellos, permitiendo misteriosamente lo malo, controlando sus efectos y a veces transformando las circunstancias de manera poderosa. La fe nos sostiene en medio de esas circunstancias.

5) Quizá lo mejor, en medio de todo, es dedicar un tiempo para reflexionar en las razones por las que la otra persona está triste y tratar de identificarse con su dolor, expresándolo a través de una nota, una tarjeta o una carta personal. Esto implica, por supuesto, apartar tiempo para pensar y ponerse en sus zapatos para comprender las luchas, los sentimientos y las dificultades que está enfrentado la persona. Luego, después de expresarlo de manera sincera y con claridad, es necesario hacer acto de presencia para apoyarla y realizar actos de bondad y misericordia para con ella. Así, podría ser que necesite comprar algo o quizá necesite realizar alguna acción que facilite el regreso a su vida diaria. Además, un "estoy contigo para lo que necesites" siempre se agradece.

De todas maneras, el dolor y el sufrimiento siempre están allí, pero cuando se atraviesa con seres amados alrededor, parece producirse un consuelo fortaleza espiritual que ofrecen algo de descanso y fuerzas para continuar. Si en esta Navidad tienes amigos, familiares o conocidos que están atravesando una situación difícil, quizá sea una buena oportunidad para seguir el consejo bíblico de "llorad con los que lloran" (Rom. 12:15). Esa también es una manera de honrar al Señor de la Navidad.

Estas reflexiones son producto de un artículo escrito por Kay Warren, esposa del famoso pastor y escritor Rick Warren, el cual lleva por título "Ya no envíen tarjetas de Navidad alegres", publicado por la revista Christianity Today. El artículo está en inglés y posee unas interesantes ideas escritas por una madre que perdió a su hijo Matthew, pero que la siguiente Navidad siguió recibiendo tarjetas alegres.

Aquí el enlace:

Artículo de Kay Warren: "Dejen de enviar tarjetas de Navidad alegres"

¿Es posible celebrar en estos tiempos de crisis?




               Este año será probablemente recordado como uno de confusión y turbulencia política en muchas partes del mundo. La crisis financiera en los EE.UU. provocó una inestabilidad económica en muchas partes del mundo, aumentó los niveles de desempleo y llevó el desánimo y el temor de muchas personas. En América Central la violencia llegó a extremos tales que varios de sus países (Honduras, El Salvador, Guatemala) se encuentran entre los países más inseguros del mundo entero, con niveles de asesinatos solo comparables con regiones en guerra. La emigración sigue creciendo y la confusión e inestabilidad política no han desaparecido de nuestros países. Muchos piensan --no sin razón-- que las celebraciones en estos tiempos son un lujo que no corresponde con la realidad.

               Nosotros, como cristianos, no estámos aislados de la crisis. Nuestro poder adquisitivo ha disminuido, la inseguridad nos trae tensiones, angustia y temor. En un año como éste, ¿cómo se puede celebrar la Navidad? Muchos de nosotros, hemos pensado en algo menos costoso y más simple y sobrio, más a tono con estos tiempos difíciles. Tal vez este año vamos a gastar menos en regalos de Navidad o en la cena. Por supuesto, para algunos, la Navidad es sólo una oportunidad para compartir con la familia, disfrutar de una cena de Navidad o de compartir la alegría de los niños. Para otros, se trata de admirar las luces de Navidad de colores o simplemente para disfrutar de la alegre y un poco de espíritu nostálgico de la temporada.


               Para nosotros, este año de crisis debería ser la oportunidad perfecta para contemplar de una manera más evidente la gracia de Dios a través de la Encarnación de su Hijo, y a celebrar esa gracia demostrada de variadas maneras en nuestra vida, nuestra familia y nuestras comunidades.


1) Esta es una temporada apropiada para darle gracias al Señor por la familia que tenemos.


2) Este es un tiempo adecuado para recordar y orar por todos y cada uno de nuestros amigos, los cuales han sido fieles durante todo el año en su amistad y apoyo moral y espiritual. 


3) Vamos a estar agradecidos por las múltimples oportunidades de servir a otros, ya sea en las iglesias locales, en los centros de trabajo y estudio o en los vecindarios. Que el Señor siga enviando más oportunidades de ser instrumentos en sus manos para la bendición de otras personas, aun en medio de crisis económicas, sociales y espirituales. 


              Por supuesto, nuestra intención no es olvidar la crisis o subestimar sus graves implicaciones. No estamos tratando de escapar de la realidad para buscar refugio en una fantasía irreal. Por el contrario, creemos que, recordar lo que el Señor nos ha dado nos lleva a ser mejores administradores de nuestro tiempo, nuestros esfuerzos y oportunidades, lo cual nos lleva a ser más generosos, compasivos y solidarios con las necesidades de otros, y hacer un compromiso claro con lo que el Señor está haciendo en el mundo



              Sí. Esta será una Navidad en medio de un mundo en crisis, pero para nosotros será una Navidad para declarar que el Señor es el dueño de nuestras vidas, de nuestro presente y nuestro futuro, de nuestra familia y ministerio. Convencidos de ello, encontramos esperanza en el mensaje que escucharon los pastores en la Navidad original: 


  • Que hay nuevas de gran gozo para todo el pueblo
  • Que Jesús nació y que eso lo hizo parte de nuestra historia
  • Que la gloria pertenece solo a Dios en las alturas
  • Que ahora es posible la paz en la tierra
  • Que Dios muestra su buena Voluntad para con los seres humanos


              En esas verdades seguras y sublimes encontramos refugio para hacer de esta temporada una verdadera celebración de vida, una fiesta para la gracia y un monumento a la soberanía del Creador del Universo. 


              Es que repasar estos hechos históricos nos hacen recordar que sí hay razones para celebrar; nos hace declarar que las tragedias, las crisis y los problemas no son lo normal; son una circunstancia anormal; producto de un mundo que aun no reconoce al Señor del Universo. 


              Recordar que Jesús nació para salvarme a mí produce una sonrisa de esperanza. Recordar esos hechos indudables nos hace decir con todas nuestras fuerzas y con toda la voluntad de nuestros corazones:

 ¡
Feliz Navidad, queridos amigos! ¡Que la paz del Señor esté siempre con vosotros!




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