Me acabo de encontrar en Scribd este libro muy utilizado para enseñar el tema de los valores. Siendo que estamos en una época en la que se habla de una "crisis de valores", este aporte me parece muy oportuno para líderes de jóvenes, maestros, padres y todo aquel que desea saber más acerca de los valores que mueven y dirigen nuestras decisiones diarias. ¡Buen provecho con la lectura!
Este es un espacio para que las mentes al límite compartan ideas, pensamientos, puntos de partida y experiencias desde una perspectiva cristiana.
La verdadera tragedia
Publicado en el libro
"El Encuentro con Dios", 2013
1 Yo soy Miqueas de
Moréset. Dios me comunicó lo que pensaba hacer contra las ciudades de Samaria y
Jerusalén. Esto sucedió cuando Jotán, Ahaz y Ezequías eran reyes de Judá. Esto
es lo que Dios me dijo: 2 «¡Escúchenme bien, pueblos todos de la
tierra! ¡Préstenme atención, habitantes de este país! Yo soy el Dios de Israel
y desde mi santo templo voy a denunciar sus maldades. 3 »Ya estoy
por salir y destruiré los pequeños templos que han construido en los cerros de
este país. 4 »Cuando ponga mis pies sobre las montañas, ellas se
derretirán como la cera en el fuego, y los valles se partirán en dos, como se
parten las montañas cuando los ríos bajan por ellas. 5 »Todo esto
sucederá por la rebeldía de los israelitas, pues ya son muchos sus pecados. Los
de Israel pecaron en la ciudad de Samaria; los de Judá adoraron a otros dioses
en la ciudad de Jerusalén. 6 Por eso convertiré a Samaria en un
montón de ruinas; esparciré sus piedras por el valle y la dejaré al
descubierto. ¡Sólo servirá para plantar viñedos! 7 »Por eso haré
pedazos todos los ídolos de Samaria. Los hicieron con las monedas que ganaron
las prostitutas; ¡pues yo los fundiré en el fuego y en monedas los convertiré de
nuevo!» 8 Entonces yo dije: «Samaria y mi pueblo Judá han sido
heridos de muerte. La muerte también amenaza a Jerusalén, capital de Judá. »Por
eso lloro y estoy triste; por eso ando desnudo y descalzo; por eso chillo como
avestruz, por eso lanzo aullidos como chacal. 10 »Pero no se pongan
a llorar ni digan nada a los de Gat. Más bien retuérzanse de dolor en ese
pueblo polvoriento que se llama Polvareda. 11 »Ustedes, habitantes
de Bellavista, serán llevados como esclavos; avanzarán desnudos y avergonzados.
Habrá lágrimas en el pueblo vecino, pero los habitantes de Zaanán no saldrán en
su ayuda. 12 Los habitantes del pueblo de Amargura se quedarán
esperando ayuda, pero Dios enviará la desgracia hasta la entrada misma de
Jerusalén. 13 »Ustedes, habitantes de Laquis, ¡enganchen sus
caballos a los carros! Fue en la ciudad de ustedes donde todos nuestros males
comenzaron. Allí pecaron los israelitas, y allí pecaron los de Jerusalén. 14
Por eso tendrán que despedirse de su amado pueblo de Moréset-gat. Los
reyes de Israel serán engañados en el pueblo llamado Trampa». 15 Y
Dios dijo: «Contra ustedes, habitantes del pueblo llamado Conquista, voy a
enviar un conquistador, y aun los israelitas más valientes huirán hasta la
cueva de Adulam. 16 Habitantes de Jerusalén, ¡lloren y aféitense la
barba!, ¡lloren y córtense el cabello hasta quedar calvos como un buitre! ¡Sus
hijos queridos serán llevados a un país lejos de aquí!» Miqueas 1 (Traducción en Lenguaje Actual)
Nuestros países viven a menudo catástrofes naturales
debido a muchos factores. Así, huracanes, terremotos, inundaciones, accidentes
de automóviles y otros hechos enlutan nuestras ciudades y pueblos. Por eso les
llamamos tragedias, y cuando ocurren, todos los ciudadanos parecen ser
sensibilizados por las necesidades y sufrimiento de las víctimas.
Existe, sin
embargo, una tragedia mucho más grande y que está llenando de luto,
desesperanza y amargura nuestros hogares y nuestras ciudades: es el pecado.
Este desastre hace mucho más daño que todos los huracanes y terremotos juntos.
Arruina sueños, relaciones entre familiares y amigos, deforma la identidad de
las sociedades y las personas. Así, nuestras ciudades son verdaderos refugios
de crimen contra uno mismo, contra el prójimo y contra el ambiente. No
obstante, es interesante y trágico que, a diferencia de los desastres
naturales, tenemos la tendencia a minimizar o aun a ignorar los fatídicos
efectos del pecado, la rebeldía y la desobediencia en general, y específicamente
contra Dios.
En realidad, en último caso, la fuente
de nuestra situación como raza humana es precisamente nuestra pecaminosidad.
Por ello, cuando el Señor se refiere al pecado en su Santa Palabra lo hace con
una nota de gravedad que debe calar hondo en las conciencias de todos aquellos
que leemos estas solemnes palabras. Dios se revela saliendo de su santo templo,
mostrando su arrasadora majestad y siendo un testigo formal contra las ciudades
que han emprendido un estilo de vida idólatra, egoísta, hedonista e
independiente del Señor de los cielos. ¡Qué grave es la rebeldía!
Al ser confrontados con nuestro pecado
y las decisiones rebeldes y desobedientes que hemos tomado, la actitud más
sensata es lamentarnos, arrepentirnos y hacer luto en humillación ante la
santidad del Señor. Solamente si estamos dispuestos a gemir y retornar al buen
camino podremos enfrentar adecuadamente las tragedias provocadas por el pecado.
¡Cuántas lágrimas! ¡Cuánto dolor! ¡Cuánta frustración provoca esta tragedia!
¿Cómo ves tu pecado? ¿Eres de los que
se justifica o de los que llora por la rebelión contra Dios? ¿Cuál crees que
debe ser tu actitud hoy ante tu pecado y sus consecuencias?
Señor, hoy me humillo ante ti y me comprometo a abandonar
mi trágica situación de pecado.
Sorprendido por un Dios asombroso
Publicado en la Revista Lider Juvenil
www.liderjuvenil.com
Es normal para la mayoría de cristianos afirmar que tenemos un Dios
infinito, poderoso, lleno de amor, misericordia y gracia. De hecho, muchas de
las alabanzas que cantamos en la iglesia son, en buena medida, una colección
algo desordenada y emotiva de adjetivos y calificativos dedicados al Señor, a
veces con claridad y otras, no tanto. Sin embargo,muchas veces parece que el
enfoque de la emoción es la adoración en sí y no tanto el Dios a quien se
supone que dirigimos nuestra alabanza. De hecho, si hemos de ser honestos, en
general parece que los cristianos estamos perdiendo nuestra capacidad de
aprender cosas nuevas y emocionantes acerca de Nuestro Señor.
Hace un tiempo, decidí
enseñar a los jóvenes de mi iglesia en Honduras una serie de predicaciones acerca
de la persona de Dios. Debo confesar que ya estaba preparando las viejas notas
de Teología Propia que normalmente enseño a mis alumnos de Seminarios e
Institutos bíblicos. Mi mente estaba más o menos preparada para repasar los
argumentos de la existencia de Dios, los “atributos comunicables” y una buena
explicación sobre la Trinidad, barnizada por conceptos filosóficos. Sin
embargo, el Señor tenía otros planes para mí y para los jóvenes.
Partiendo de una extraña pero muy clara
insatisfacción con el material que tenía, Dios me llevó a buscarlo a Él en la
Biblia y no usar los, en otro momento, útiles mapas preconcebidos de la
teología sistemática. Las dos figuras bíblicas que mencionaré a continuación son
parte de ese emocionante, apasionante y sin duda sorprendente viaje a través de
las páginas de la Escritura, a través del cual fui deslumbrado de nuevo por un Dios
que es simplemente fascinante.
El Artista de la Creación. Quizá las películas sobre el Génesis o
los dramas de la iglesia nos han motivado a imaginarnos a un Dios creadormuy
serio y formal con una voz profunda al estiloDarthVader ordenando “¡hágase la
luz!”. Sin embargo, mi sorpresa fue muy grande al leer los siguientes textos
bíblicos en traducciones variadas: “Al ver Dios la belleza de la luz, la apartó
de la oscuridad” (Gén. 1:4, TLA), “Mientras Dios admiraba tal belleza…” (Gén.
1:12-13, 18, 31, TLA), “…mientras cantaban a coro las estrellas matutinas y
todos los ángeles gritaban de alegría?” (Job 38:7, NVI).
¡Vaya! Tratando de despojarme de toda
preconcepción, el ambiente reflejado por estos textos no es el de una catedral
seria y digna o el de un culto formal que tanto caracteriza a muchas de
nuestras iglesias. El escenario es uno de alegre fiesta; de asombro inquieto y
hasta de cierto regocijo infantil. Me pude imaginar al Señor creando el mundo y
diciéndose “esto le va agradar a ellos… este toque les encantará”.Me imaginé a
un Dios artista contemplando extasiado su obra y los ángeles alrededor
vitoreando y siendo testigos privilegiados de una muestra del impresionante,
poderoso y creativo amor de su Rey.
Al tratar de buscar las consabidas imágenes para
la presentación audiovisual de mi predicación, las que mejor encajaron eran las
de niños deleitándose en un alborozado caos artístico, riendo y jugando con
pintura; experimentando con gran regocijo y buscando las mejores combinaciones de
colores en un auténtico festival de creatividad. ¡Ese es mi Dios!
El enamorado traicionado por su pueblo.Lógicamente, para seguir aprendiendo
acerca de un Dios admirable, el paso que seguía era ir a los profetas.Esperaba
un poderoso mensaje de un majestuoso Dios airado ante el pecado de un pueblo de
cabeza y corazón duros. Sin embargo, una nueva sorpresa me aguardaba. Aquí me
topé de frente con el dolor de un Dios apasionadamente celoso. ¿Qué hace el
Señor de los cielos cuando su pueblo le es infiel? Los profetas me respondieron
con una fuerza dramática que yo no esperaba.
Por
ejemplo, para echar en cara al pueblo su infidelidad, el Señor utiliza palabras
poco “evangélicas” como las siguientes: “¿Cómo se atreven a decir que no han pecado ni han adorado a dioses falsos?…
¡Admitan todo lo que han hecho! Son como una burra en celo cuando anda en busca
del macho: se pone a olfatear el viento, y en cuanto corre al monte nadie la
puede frenar. Si el macho la busca, fácilmente la encuentra” (Jer. 2:23, TLA);
“A todas las prostitutas se les paga; tú, en cambio, les pagas a tus amantes.
Los sobornas para que vengan de todas partes a acostarse contigo” (Ez. 16:33,
NVI).¡Qué palabras más trágicas, llenas de una triste mezcla entre
resentimiento, desconsuelo y dolor! El leer esta figura incluso me hizo dudar
que se pudiera enseñar en el santo ambiente de una iglesia, aunque al mismo
tiempo, pensé en varios adolescentes que sin duda pondrían más atención que
nunca.
A la vez,
por supuesto, en los profetas hay creativos y justos anuncios de juicio, los
cuales involucran destrucción incluso a través de los amantes del pueblo
adúltero. Sin embargo, lo que sobresale no es Dios como vengativo juez
satisfecho por castigar al pecador. En realidad, los abundantes reclamos y
castigos parecen provenir de un corazón dolido y atormentado, que ansía la
reconciliación: “Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu
maldad y te avergonzarás…” (Ez. 16:63, NVI); “Cuando visita a sus amantes se
pone joyas y les lleva regalos, pero a mí me tiene olvidado. Por eso la voy a
castigar, pues ha adorado a dioses falsos. Yo soy el Dios de Israel, y les juro
que así lo haré.A pesar de todo eso, llevaré a Israel al desierto, y allí, con mucho
cariño, haré que se vuelva a enamorar de mí” (Os. 2:13-14, TLA). La pasión de
Dios por su amado pueblo es tan grande que siente las profundas heridas cuando
le somos infieles. Incluso el castigo justo tiene como propósito hacernos
regresar a su lado. ¡Qué Dios tan asombrosamente apasionado el que nos presenta
la Palabra!
El dolor de la traición amorosa y los celos son emociones que no son
desconocidas para los jóvenes. Los rostros juveniles, sorprendidos como yo,
parecían iluminarse al descubrir en la Biblia a un Dios amorosamente poderoso y
casi vulnerable ante la deslealtad de su pueblo.
Qué aprendí. Primero,
puedo decir que esta serie de predicaciones cambió para siempre mi percepción
del Señor. Mi tiempo de oración y de comunión con Él ha sido más abierto. En
muchos sentidos lo siento más cercano. Segundo,
me recordó el privilegio de redescubrir al infinito Rey de reyes. Un Dios
demasiado domesticado por ciertos criterios teológicos tarde o temprano termina
siendo una caricatura hecha a nuestro gusto. Tercero, las figuras e ilustraciones bíblicas que buscan expresar
lo inexpresable me ayudan a sorprenderme continuamente con nuevas dimensiones
del Dios al que adoro y a quien sirvo. Desde entonces he descubierto nuevas
ilustraciones bíblicas: el padre amoroso que busca acariciarnos (Deut. 1:30) o
la madre que desea dar consuelo (Is. 66:13). Sin embargo, nunca voy a olvidar
el día en el que Dios mismo me sorprendió con su admirable personalidad.
¡Gloria a su asombroso Nombre!
Objetivos ambiciosos, sin perder el realismo
Es muy difícil mantener un equilibrio adecuado entre ser atrevido a la hora de hacer objetivos y no olvidar las dificultades que se va a enfrentar. En esta ocasión, comparto la siguiente presentación acerca del tema. Espero que sea de ayuda para buscar los objetivos elevados, evitando ser fantasiosos.
¿Qué significa sacar un pasaje de su contexto?
Publicado en la Biblia para el Líder Juvenil
Dentro de un texto, cada oración o frase tiene una función que completa el
sentido de ese escrito. Por ejemplo, si decimos “ya es demasiado tarde”, la
frase implica un hilo que le brinda significado a la frase. Fuera del texto
completo, esas palabras pierden buena parte de su sentido y puede ser usada
para otros propósitos para los cuales fue pronunciada. A esas frases anteriores
y posteriores que completan el sentido de una frase o palabra y al hilo de
pensamiento que provee sentido a cada parte del escrito se le llama contexto.
En pocas palabras, se
puede decir que sacar un pasaje de contexto significa aislarlo de su función
dentro del argumento del autor. Lo anterior tiene por lo menos tres
implicaciones que deben tomarse en cuenta. La primera es que las palabras,
frases y oraciones deben interpretarse a la luz de su significado dentro del texto.
Por ejemplo, el famoso texto “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil.
4:13) tiene un significado dentro de la enseñanza de Pablo acerca de estar
preparado para vivir en abundancia así como en necesidad. Por lo tanto, ese
versículo no se escribió para ser aplicado a desafíos físicos como los de los
deportes extremos o a las metas de una organización. Su sentido lo da el
contexto de adaptarse y soportar las carencias propias de su situación en
prisión. De la misma forma, la frase “olvidando lo que queda atrás” (Fil. 3:13)
no habla de triunfos pasados o de pecados que no deben ser recordados. El
contexto le brinda el significado específico: “lo que queda atrás” son los
privilegios religiosos o raciales que Pablo tenía (Fil 3:4-5) y que deben
quedar atrás para seguir conociendo a Cristo y su poder. De nuevo, el contexto
le da sentido a la frase.
La segunda implicación es
que el texto bíblico tiene valor como un mensaje unificado; no por las frases
bonitas o sabias de una sección aislada. Esta es una de las tendencias en las
iglesias de hoy. La Biblia es percibida como una linda colección de versículos
o frases animadoras, profundas o ingeniosas. Así, la labor del predicador o
líder es la de “descubrir” dónde están esas joyas espirituales. Por ello, es
común que las personas marquen sus textos favoritos o los escriban en un
diario. Sin embargo, a pesar de lo útil de esa costumbre, fácilmente nos podría
llevar a olvidar que la Biblia es una historia; la más grande que se haya
contado jamás. Cada sección, cada género, cada autor cuenta su parte de este
relato único del amor y la gracia de Dios hacia una raza fracasada, pero amada
y restaurada. Así, los errores cometidos y aun los pecados que registra la
Revelación escrita tienen una función específica que es determinada por la
historia general del libro sagrado. Esto no debemos olvidarlo nunca.
La tercera implicación es
que interpretar aisladamente un texto conduce a grandes errores y malos
entendidos. Por ejemplo, se podría encontrar apoyo para doctrinas exóticas,
tales como el bautismo por los muertos, basándose en 1 Cor. 15:29. Podríamos
llegar a pensar que Jesús no es Dios, si solamente miramos Marcos 13:32; que no
es bueno ser “demasiado justo” (Ecl. 7:16); que los muertos no están
conscientes porque “nada saben” (Ecl. 9:5) o incluso que somos desdichados si solamente confiamos
en Cristo (1 Cor. 15:19). Todas estas extrañas y anti-bíblicas ideas podrían
ser sostenidas utilizando las palabras de esos versículos aislados, pero torciendo claramente la intención
original del autor, ya que es claro que no tienen la intención de apoyar
semejantes conceptos.
Sin duda, la solución ante
este peligro es aprender a apreciar cada texto de la Biblia, cada libro y cada
sección dentro de su propio hilo conductor; con un propósito definido por los
autores humanos y, en última instancia, por el Autor Divino que dirige toda la
obra.
"Así lo dijeron"... Citas interesantes de personajes famosos I
Publicado en la revista "Líder Juvenil"
www.liderjuvenil.com
“Los filósofos no han hecho más que interpretar los diversos modos del
mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Karl Marx (1818-1883), filósofo alemán.
“No me parece absurdo buscar en la cualidad de mis obligaciones la cualidad
de mi libertad”.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), escritor y aviador francés.
“Aprenderé de mis errores y confiaré en mi equipo de apoyo. Mi familia y mi
fe me guiarán a través del viaje de mi vida”.
Destiny Hope “Miley” Cyrus (1992-), actriz y cantante, estrella de la serie “Hannah
Montana”, al disculparse por unas sugestivas fotos tomadas para la revista Vanity Fair.
“Ser libre no es poder hacer lo que se quiere, sino querer lo que se
puede”.
Jean-Paul Sartre (1905-1980), filósofo, escritor y periodista francés.
“Quien cree estar bien instruido, no lo está, y su
ignorancia es tan grande, que ni siquiera está en situación de advertir lo que
le falta”.
François de Fénelon (1651-1715), teólogo y escritor francés.
“Las promesas más fuertes se consumen en el fuego
de la pasión como una simple paja”.
William
Shakespeare
(1564-1616), poeta y dramaturgo inglés.
“El secreto de la existencia humana está no sólo en
vivir, sino también en saber para qué se vive”.
Fiódor Dostoievsky (1821-1881), novelista ruso. Los hermanos Karamazov.
“Para ir delante de los demás, se necesita ver más
que ellos”.
José Martí (1853-1895), político y escritor cubano.
“…aquí está una de las tareas de la juventud:
empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta
producción, en esta dirección está comprendida la producción de sí mismos”.
Ernesto “Ché” Guevara (1928-1967), revolucionario argentino.
“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido
inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio”.
Octavio Paz (1914-1998), poeta y ensayista mexicano.
Adolescentes y Padres: Caricaturas y Escenarios
Publicado en la Revista “Hechos” de la ciudad de Guatemala.
"La
vida es un escenario" escribió con ironía un famoso escritor. Cada uno
desempeña un papel diferente en la comedia de la vida diaria. Sin embargo,
¿No es cierto que nuestro papel es, muchas veces, mal entendido? En vez de
aparecer como el héroe de la historia, a veces somos vistos como un villano sin
corazón. Cuando esto sucede con los hijos, la historia deja de ser alegre para
convertirse en una amarga tragedia. Padre, ¿cómo es visto usted por su hijo
adolescente? ¿Es su hogar un campo de batalla? ¿O un oasis en medio del
desierto de la vida? ¿Qué imagen, real o ficticia tiene sobre esto su hijo? Entremos
sin temor en las figuras mentales que tienen los jóvenes acerca de sus padres.
"ASÍ
TE VEO, PAPA"
El Padre Policía
Hay
muchos jovencitos que ven a sus padres como guardias que vigilan todos sus
movimientos y que están listos a aplicar todo el peso de la ley cuando se
comete una equivocación. Este tipo de padres se jacta de mantener un estricto
control sobre todo lo que pasa en la vida de sus hijos. Lo que esto provoca es
que los chicos se vuelven expertos en burlar la policíaca vigilancia de sus
padres. Por ejemplo, los horarios de salida y llegada no son respetados, se
inician noviazgos a espaldas del detectivesco padre o, simplemente, los deberes
escolares son dejados de lado. A todo esto, el dialogo ha sido olvidado, la
amistad entre padre e hijo se ve lejana, y todo se analiza entre ellos con ojos
de sospecha.
El Padre Domador
Este
es el padre que intenta frenar todos los "instintos salvajes" de sus
hijos. Cuando éste pregunta "¿puedo salir hoy con mis amigos?", la
respuesta es un latigazo verbal en forma de un "¡NO!" amenazador. Estos
padres creen que sus hijos son criaturas de las cuales hay que cuidarse mucho,
porque si no, ellos terminarán por devorarlo en sus caprichos. Si el jovencito
se acerca con un atrevido "papá, te quiero", el padre responde con
sospecha, ya que detrás de ese cariñito, se esconde un zarpazo traicionero: ya
sea en forma de dinero, permisos o algún otro antojo. En esta relación, el amor
y la confianza han sido desterrados. Solamente queda un ambiente de defensa y
ataque entre ambos, lo cual recuerda la atmósfera de un circo de fieras.
El Padre Reliquia
Este
es aquel que debió haber tenido hijos en el siglo pasado. Todas sus opiniones
están pasadas de moda. Cada vez que cita una autoridad sobre cómo criar a los
hijos, habla sobre el abuelo o sobre su infancia. Las palabras
"cambio" y "actualización" le parecen excusas para el
libertinaje de "esta juventud de hoy". Estos padres ven a sus hijos
como la continuación de esa dinastía que es su familia. Por eso, piensa que su
hijo debe ser y hacer lo que él y sus antepasados han sido. Estos son los
padres que les dicen a sus hijos que deben estudiar para ser doctor porque esa
es la tradición de la familia. Aquí, se ha olvidado la personalidad del hijo,
sus opiniones y sus valores, y han sido sustituidos por las empolvadas
opiniones de los patriarcas familiares.
ESTO QUISIERAN VER LOS HIJOS
El Padre Supermercado
Los
adolescentes saben, en el fondo, que necesitan de sus padres. Lo que pasa es
que muchos de ellos quisieran que sus progenitores fueran meros proveedores de
sus necesidades y antojos. Ellos quisieran que cada vez que lleguen a pedir
zapatos, ropa (sin importar el precio) o pequeños lujos, los padres los
suministraran sin reparo. Para estos jóvenes, los papás, tal como los supermercados,
deben cumplir la función de ofrecerles artículos para vivir con mayor
comodidad. El respeto, el amor y los valores morales son menospreciados y le
dan paso a una visión materialista de la vida y las relaciones.
El Padre "A La Moda"
Muchos
adolescentes sueñan con el día en que sus padres acepten totalmente la
mentalidad del mundo moderno. En ese concepto, la disciplina es poca; el
castigo no existe, y la libertad que se otorga es casi sin límite. El padre
" a la moda" deja que su hijo experimente con el pecado y los placeres
del mundo para que él mismo decida luego qué hacer con su vida. Este padre no
reprocha a su hijo y le impone pocas reglas, si es que lo hace, ya que esto
puede "provocar un trauma en el muchacho". En este tipo de hogares, reinará la indulgencia
hasta llegar a la negligencia paterna. En medio de esta fantasía, el
adolescente ha olvidado la sana disciplina y amonestación del Señor que deben
proporcionarle sus padres y la seguridad que eso traerá a su vida.
UNA VISION BÍBLICA
El
Sagrado Libro presenta soluciones y alternativas muy diferentes a las figuras
que hemos visto hasta aquí. Pasajes como Efesios 6, Colosenses 3 y muchos en el
libro de Proverbios tienen bastantes consejos qué dar en cuanto a las
relaciones entre los hijos adolescentes y los padres.
En
primer lugar, Dios espera que en el hogar exista un "padre-apoyo". Los
pasajes citados anteriormente afirman que los padres no deben enojar sin
necesidad a los hijos. Por el contrario, ellos deben proveerles de una sana
disciplina, la cual es llamada "del Señor". Por ejemplo, Proverbios
22:6 se refiere al apoyo de los padres hacia los hijos como una instrucción por
el camino correcto. Esto implica que este padre debe estar dispuesto a
compartir, corregir, dirigir, orientar y descubrir junto con su hijo la senda
de su joven vida. Al haber una equivocación, el padre provee corrección, y a la
vez, amplia comprensión y apoyo. Esta actitud de los padres trae una gran
seguridad y estabilidad a la vida del joven.
En
segundo lugar, el hogar necesita de un "padre-modelo". Es decir, no
solamente se espera que hable, sino que viva lo que él mismo demanda. Aquella
frase de "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago", no encaja
en la correcta relación de los padres con sus hijos. La meta debe ser llegar a
ser una verdadera inspiración para la vida del joven. El joven de hoy necesita
sentir la seguridad de que es posible llevar una vida ejemplar como la de su
padre.
Conclusión
Los
adolescentes de hoy no necesitan de un "padre-domador", un
"padre-policía" o "a la moda". Ellos necesitan padres que
vivan y les enseñen el camino correcto en la vida. Esos jóvenes actores, que
son sus hijos, esperan recibir de sus padres el modelo para desenvolverse con
soltura y seguridad en el gran teatro de este mundo. ¡Usted puede ser el héroe
que inspire a su hijo para desempeñar el brillante papel de su existencia!
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