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Perspectivas para comprender la esencia del discipulado


(Artículo mío publicado en la revista Líder Juvenil (www.liderjuvenil.com))

Matías es un joven que creció en un hogar cristiano. Él es parte de un grupo juvenil exitoso en una iglesia considerada más o menos exitosa en su ciudad. Como parte de la estrategia para la formación de líderes, Matías fue invitado a ser parte de uno de los grupos de crecimiento de su iglesia. Se estaba utilizando un libro de trabajo doctrinalmente sólido y juvenil en su perspectiva. Además, las reuniones eran animadas y participativas. Por dos años y medio, Matías asistió y participó en los ejercicios que el material utilizado le pedía.

Un día, Matías decidió irse a la capital a seguir estudios universitarios. El grupo de crecimiento le hizo una reunión de despedida, el pastor de jóvenes lo pasó al frente y afirmó que “este es uno de los jóvenes que representará a Jesucristo y a nuestra iglesia de maneras eficaces en dondequiera que vaya”. Sin embargo, dos meses después, el grupo de jóvenes escuchó que Matías había dejado de asistir a la iglesia en la otra ciudad. Unas semanas después, el pastor de jóvenes se encontró con él en la calle y le preguntó cómo le iba en sus estudios y en su relación con Dios. Con un tono que no llegaba a ser de disculpa, Matías le dijo: “Mire, pastor. La verdad es que recuerdo con cariño las reuniones que teníamos, y el material que estudiamos era muy bonito, pero creo que ya esa es una etapa de mi pasado. Ahora tengo que preocuparme por mis estudios y por salir adelante en cosas más reales, como buscar trabajo. Si quiere, puede orar por mí, ya que creo que mi relación con Dios está fría”.

Andrés es un joven que creció en la calle. Su papá se había ido a Estados Unidos hacía un par de años. Su mamá vendía ropa usada para sostener a sus cuatro hijos, dos de los cuales ya hablaban sobre irse “al norte”. Su mejor amigo era Pablo “El Flaco”, un muchacho mayor que él y que ya se había metido en problemas con la policía varias veces. Andrés y el Flaco pasaban juntos casi todo el día platicando, contando chistes y buscando maneras de conseguir dinero fácil o de gastar el que el papá de Andrés le enviaba.
Casi un año después, la policía se enfrentó a tiros con los dos muchachos por sospecha de posesión de drogas. El Flaco se defendió con furia demoniaca hasta que una ráfaga de balas le arrebató la vida. Andrés fue capturado vivo y, en medio de gritos rabiosos, maldecía a los policías, a los periodistas y a quien se pusiera en frente. Unas horas después, mientras era interrogado, el detective le preguntó: “¿Es tu nombre Andrés Montoya?”. Con una mirada de odio y una sonrisa cínica, Andrés respondió: “Puedes llamarme ‘El hijo del Flaco’”.

No hace falta analizar mucho para saber en cuál de los dos casos hubo un verdadero discipulado. Ambas historias son técnicamente ficticias, pero representan, mayormente, la práctica discipular que existe a nuestro alrededor. Muchos jóvenes llevan vidas “correctas” delante de sus líderes, y aprenden a aparentar madurez y a jugar el juego del “buen discípulo”, pero la verdad es que, sus convicciones resultan poco menos que un mero formalismo religioso; sin significado real. A la vez, existe otra clase de formación; una menos formal, pero más efectiva: la de las relaciones significativas; la del discipulado real. Es por ello que en esta ocasión, se buscará observar el discipulado desde dos perspectivas diferentes: la bíblica y la práctica para obtener una idea más adecuada del concepto y así refinar las estrategias resultantes.


El concepto de discípulo en la Biblia
En el Antiguo Testamento. La palabra hebrea para discípulo es limmud, la cual aparece raramente en el Antiguo Testamento (véase Is. 8:16 y 1 Cr. 25:8). A pesar de ello, por supuesto, el concepto no era desconocido en la época. De hecho, la práctica de aprender bajo la tutela de otra persona está presente en muchas ocasiones. Véase los muy ilustrativos ejemplos a continuación.

a) Moisés y Josué. Es interesante que en varias ocasiones Josué es llamado “servidor de Moisés” (Ex. 24:13; 33:11; Jos. 1:1) o “ayudante de Moisés” (Núm. 11:28). Incluso, Dios mismo reconoce el vínculo que tienen y, cuando habla con Moisés acerca de su sucesor, se refiere a Josué como “el cual te sirve” (Dt. 1:38). Al parecer la relación entre ambos era de mucha confianza, al extremo que Moisés es quien le cambia el nombre de Oseas a Josué (Núm. 13:16). Cuando ya estuvo listo, el líder lo presenta como su sucesor ante la congregación, por mandato de Dios (Núm. 27:16-23; Dt. 34:9). Es interesante que lo que Dios le ordena que haga con Josué es animarlo y fortalecerlo y eso fue lo que hizo (Dt. 1:38; 3:28; 31:7, 23).

b) Elías y Eliseo. En este caso, fue Dios quien le ordenó a Elías que nombrara su sucesor a Eliseo. Lo primero que hizo, cuando lo halló, fue echar su manto sobre él (1 R. 19:19), en un gesto que posiblemente indicaba la investidura y llamamiento para el oficio de profeta. Que así lo entendió Eliseo se observa en el hecho de que pidió permiso para despedirse de su familia (19:20) y, luego, en una acción que indicaba entrega radical, mató los bueyes y utilizó el arado para cocer su carne y celebrar el inicio de una nueva vida. Luego, “fue tras Elías y le servía” (1 R. 19:21). Tres veces se prueba la disposición de Eliseo de permanecer con Elías (2 R. 2:2, 4, 6) y cada vez mostró una firme lealtad y compromiso hacia su padre espiritual. Más aún, cuando su separación estaba cerca le pidió una “doble porción de tu espíritu”; es decir, lo que correspondía al hijo mayor de la familia (Dt. 21:17). En otras palabras, Eliseo pidió ser reconocido como el sucesor legítimo de Elías y así poseer un ministerio caracterizado por el poder de su líder, lo cual le fue concedido por el Señor. La influencia de uno sobre otro se aprecia en el hecho de que, en muchas ocasiones, los estudiosos de la Biblia y la historia israelita se refieren a esta como la época de Elías y Eliseo.

c) Padres con sus hijos. En el Antiguo Testamento, se esperaba que los formadores fundamentales del carácter y las convicciones de los hijos fueran los padres. Desde la fiesta de la Pascua celebrada en el seno familiar (Ex. 12), pasando por Deuteronomio 6:6-9, hasta los prácticos Proverbios (1:8; 6:20; 13:1; 15:5, 20; 23:2, etc.), se esperaba que la enseñanza y el modelo de vida proviniera, no principalmente de los maestros oficiales, sino del hogar como primera escuela de discipulado. Las enseñanzas del templo y de los levitas debían funcionar solamente como apoyo y complemento de lo que los padres hacían.

En el Nuevo Testamento. El término usado en el Nuevo Testamento es el griego mathetés, que significa simplemente, un aprendiz o alumno. La palabra se encuentra 262 veces en el Nuevo Testamento, todas en los Evangelios y Hechos. Lo anterior hace recordar que el tema del discipulado como tal es típico del ministerio de Jesús y sus apóstoles. Nótese las siguientes observaciones:

a) Los primeros seguidores de Jesús entendían el concepto de seguir a un maestro. No era, estrictamente hablando, algo nuevo para ellos. Ellos habían oído de los discípulos de Moisés (Jn. 9:28), de los de Juan el Bautista (Mr. 2:18) y aun de los de los fariseos (Mt. 22:16). En el mundo griego, la palabra se utilizaba para referirse a un aprendiz de filósofo; es decir, alguien que tomaba la iniciativa para estar con su maestro para aprender de su sabiduría y sus reflexiones. Entre los judíos, el aprendiz pasaba mucho tiempo con el maestro, compartiendo no solo enseñanzas, sino también experiencias diarias, puntos de vista y aun, en muchos casos, su estilo de vida (cp. Jn. 1:38-39). En resumen, el maestro llegaba a ser casi como un padre para el alumno. Por supuesto, la meta era que los discípulos llegaran a ser maestros y enseñaran a otros.

b) Un pasaje que parece resumir la experiencia de enseñanza integral de Jesús con los futuros apóstoles es Marcos 3:14-15. En primer lugar, el texto dice que Jesús seleccionó a un grupo particular de entre sus seguidores (“estableció a doce”). En segundo lugar, el propósito de llamarlos fue que lo acompañaran, al estilo de los maestros judíos, para recibir una influencia directa de parte suya (“para que estuviesen con él”). En tercer lugar, se puede apreciar cómo Jesús les delegó trabajos y les confió diversas labores ministeriales, dándoles autoridad para actuar tal y como él lo hacía (“para enviarlos a predicar y para que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y echar fuera demonios”). Por supuesto, otras estrategias incluían enseñanza, preguntas, lecciones objetivas, historias, desafíos, etc. En resumen, lo que estos doce jóvenes experimentaron fue una total inmersión en la vida de su maestro.

c) Es obvio, a la luz de los evangelios, que Jesús hizo diferencias en cuanto al nivel de relación con sus discípulos. Desde el “círculo íntimo” formado por Juan, Pedro y Jacobo y luego los doce, pasando por los setenta, hasta un grupo más grande, llamado genéricamente “discípulos”, entre los cuales había algunos que no estaban totalmente decididos a seguir a Jesús (Mt. 8:21). Estas diferencias marcaron la intensidad de relación que tendría con cada círculo. Sin duda, la mayor influencia y el mayor cuidado fueron ejercidos sobre los doce.

d) Al final de su vida, Jesús le encarga a sus seguidores a que busquen y enseñen lo aprendido a otras personas provenientes de “todas las naciones” (Mt. 28:19). Es más, en un sentido muy real, parece que Jesús desea que los discípulos sean sucesores suyos y que continúen su obra (Lc. 6:40; Jn. 14:12; 20:21).

e) Aunque el resto del Nuevo Testamento no emplea la palabra “discípulo” para hablar de estas relaciones de influencia, es claro que existen. El ejemplo más destacado e importante para el rumbo que tomará la historia del cristianismo apostólico es el de Bernabé buscando, defendiendo, preparando y estimulando a Saulo, futuro gran líder y teólogo de la iglesia primitiva.

f) A su vez, el apóstol Pablo acostumbraba a hablar de sus “colaboradores”: Urbano (Ro. 16:9), Timoteo (Ro. 16:21; 1 Ts. 3:2), Tito (2 Co. 8:23), Epafrodito (Fil. 2:25), Filemón (Flm. 1), Priscila y Aquila (Ro. 16:3), Marcos, Aristarco, Demas y Lucas (Flm 24). Sin embargo, las relaciones más cercanas las desarrolló con unos cuantos “hijos en la fe”: Timoteo (1 Cor. 4:17; Fil. 2:22; 1 Tim. 1:2; 2 Tim. 1:2), Tito (Tit. 1:4) y Onésimo (Flm 10) y muy probablemente otros más. Parece que la relación con estos “hijos” era muy cercana y similar a la que mantenía Jesús con sus discípulos.


La esencia del discipulado hoy
Como puede verse, en la Biblia existe una perspectiva diversa pero clara acerca de la relación que existe en lo que llamamos discipulado. Sin embargo, estos datos podrían quedar solamente como interesantes pero triviales curiosidades de la época bíblica, si no se reflexiona en sus implicaciones para el ministerio discipular en las iglesias de hoy. Es lo que se busca hacer en esta sección.

a) El discipulado no es una manera de fabricar cristianos en serie. En este mundo capitalista globalizado el lenguaje de los negocios se está imponiendo en muchas áreas de la vida, incluso de la iglesia. Así, la mentalidad de muchos líderes al iniciar programas discipulares no es la de formar personas a la imagen de Jesucristo, sino la fabricación de un producto. Aun el escritor LeRoy Eims, por ejemplo, en su excelente libro sobre el tema, El arte perdido de discipular, compara la formación de discípulos con una fábrica de zapatos, en la cual “el objetivo… no es producir zapatos sino discípulos” (pág. 64). Aunque el propósito de ese autor es el de señalar el fracaso en la formación de personas capacitadas, sin embargo, para evitar confusiones, se debe aclarar que no se trata de crear un producto en serie, ya que las personas poseen sus propias particularidades y distintivos. En este sentido, los patrones y modelos deben ser generales, ya que, lo que funcionó para unos puede no hacerlo para otros. Es que cada discípulo se desarrolla de manera única, de acuerdo a su personalidad y características individuales.

b) El discipulado no es un programa de enseñanza o uso de un material. Este es uno de los conceptos más comunes en las iglesias. De hecho, una de las primeras preguntas que hace un líder que desea iniciar reuniones de discipulado es “¿Cuál es el libro que vamos a utilizar?” o la otra, muy parecida, “¿Qué sistema vamos a seguir?”. Es que, por muy necesario que sea un temario o una guía de estudio, hay que recordar que el estudio de tal o cual material no provocará una automática madurez. De acuerdo a esta idea, las iglesias podrían dar –de hecho muchas lo hacen– un diploma certificando que la persona ha completado el material de estudio y brindándole el flamante título de “Discípulo de Cristo”, sin haber pasado por los rigores de ser aprendiz de “alguien”, ni mucho menos por los siempre difíciles y lentos pasillos de las relaciones personales. Esta actitud termina divorciando la Biblia de la convivencia, convirtiendo el proceso en un ejercicio teórico; mental, no integral. Interesante, pero que no transforma.

c) El discipulado es una reproducción de vida. Fue Juan Carlos Ortíz, en uno de sus más famosos libros, Discípulo, quien lo dijo de manera contundente: “Un discípulo es uno que aprende a vivir la vida que vive su maestro y poco a poco enseña a otros a vivir la vida que él vive… Por lo tanto, el discipulado no es comunicación de conocimiento o información. Es comunicación de vida… El hacer un discípulo es hacer la duplicación de uno mismo” (pág. 121). Dicho de otra forma, es ocuparse menos por los utensilios de la iglesia y más por las personas de la iglesia; es dejar de ser un funcionario y convertirse en amigo; es dejar de perder el tiempo en compromisos estelares y comenzar a invertirlo en cultivar relaciones fuertes y duraderas. Es que a menudo te busquen en la oficina y no estés allí, sino tomando un café con un joven en dificultades, compartiendo tus propias debilidades y lo que Dios te ha enseñado en su Palabra. Es sentirse feliz y no celoso por el triunfo de un discípulo, como un padre siente suyos los logros de un hijo. Es que tus allegados comiencen a contar las mismas ilustraciones que te escucharon a ti y que presenten ideas tuyas y que agreguen “Esta es mi convicción”.

d) El discipulado es convertirse en un aprendiz de Jesús. No es suficiente que el mentor cristiano reproduzca su propia vida en sus discípulos. En último caso, todo creyente es un seguidor de Jesús. En este sentido, toda relación, currículo de estudio, actividad o reunión de grupo debe tener como meta llevar a los jóvenes a “ser hechos a la imagen” de Cristo (Ro. 8:29). A la vez, toda búsqueda por reproducir la vida debe ir acompañada de una humilde actitud de saberse instrumento en las manos de Dios; solo un espejo que refleja la gloria de Cristo (1 Co. 11:1).

e) El discipulado es estar consciente del costo y estar dispuesto a sobrellevarlo. Jesús contó una parábola muy ilustrativa. Él dijo que había que sentarse y calcular el costo de seguirlo, para no quedar en ridículo al no poder terminar el proyecto de vida que un día se inició (Lc. 14:28-30). Ello contrasta con el esfuerzo de muchas iglesias, las cuales tratan de atraer discípulos prometiendo muchos beneficios, generalmente terrenales, tales como prosperidad, nuevos niveles de ministerio o mayor poder espiritual. Sin embargo, las palabras de Jesús son contundentes: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lc. 9:23). El teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer explica así estas palabras: “Toda llamada de Cristo conduce a la muerte… la muerte en Jesucristo, la muerte de nuestro hombre viejo a la llamada de Jesucristo” (El precio de la gracia, pág. 82). Este morir al yo y a las pasiones y los deseos propios debe ser enseñando a los discípulos que se selecciona.

Conclusiones e implicaciones
A la luz de las observaciones y reflexiones anteriores, hay varias conclusiones a las que se puede llegar:

1) Es necesario que el eje del ministerio sea la formación y no solo la información. En otras palabras, en lugar, por ejemplo, de solamente preocuparse por preparar una buena charla y tener una dinámica alabanza, hay que asegurarse que los jóvenes estén siendo moldeados a través de las enseñanzas de la Escritura, en el contexto de una beneficiosa influencia proveniente de sus líderes espirituales.

2) Es necesario dedicar más esfuerzo y atención a menos personas. Por supuesto, la frase anterior parece contradecir la meta de tener ministerios juveniles exitosos. Sin embargo, así como Jesús dedicó la mayoría de sus tres años de ministerio a un grupo de doce hombres que luego pondrían de cabeza al mundo (Hch. 17:5), así la preparación y capacitación deben estar enfocadas en un grupo de relativamente pocas personas, las cuales reproducirán su vida en otras personas, las cuales, a su vez, se volverán a reproducir (2 Tim. 2:2).

3) Es necesario planear de manera consciente la estrategia mediante la cual se pasará la estafeta del ministerio a nuevas generaciones de líderes. Esta actitud de búsqueda y transmisión ministerial y vital pone en una correcta perspectiva el papel del líder dentro del desarrollo del pueblo de Dios: su trabajo no es hacer la obra de Dios, sino capacitar a personas que la hagan (Ef. 4:11-12); no se trata de ser estrellas, sino facilitadores; no se trata de construir edificios ministeriales impresionantes, sino puentes para que las nuevas generaciones tengan la solidez en Cristo que necesitan.

4) Las condiciones de la cultura actual convierten en urgente la revisión de las filosofías y prácticas cristianas sobre el discipulado. Esta ya no debería ser un programa adjunto a la iglesia; ya no debería ser una reunión semanal más. Se requiere de personas dispuestas a pagar el precio del anonimato a largo plazo, pero con la habilidad y disposición de preparar a otros para que tomen las riendas y se lleven los reconocimientos y aplausos. El líder efectivo de la iglesia ya no se puede dar el lujo de ser solo un espectador pasivo, mientras muchos jóvenes se tambalean en sus convicciones y viven vidas apenas religiosas. Esta es la hora de la influencia; es hora de inyectar vida; es hora de tener hijos espirituales, en lugar de oyentes.

¿Cómo podemos explicar la Trinidad?


(Artículo mío publicado en la Biblia G3: www.bibliag3.com)


Si eres de los que dice "Me cuesta entender y explicar la doctrina de la Trinidad a otras personas", entonces tengo una buena noticia para ti: ¡Eres una persona normal! Así es. No existe ninguna persona sobre esta tierra que pueda decir que entiende a cabalidad ese gran misterio que se llama la Trinidad. Sin embargo, en la tarea de satisfacer las inquietudes naturales que como seres humanos tenemos, se hace necesario explicar en qué consiste esta fundamental doctrina de la fe cristiana.

Quizá una buena forma de comenzar sea explicar qué no es la doctrina. Primero, la Trinidad no es la creencia en tres dioses. La Biblia enseña con claridad, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que Dios es uno (Deut. 6:4) y que hay un solo Dios (1 Tim. 2:5). Jesús nunca proclamó ser "otro" Dios, sino que dijo que él y el Padre eran uno (Juan 10:30). Segundo, el cristianismo no cree que las tres personas son sólo distintos roles de la misma persona, convirtiéndose a veces en el Padre, a veces en el Hijo y a veces en el Espíritu Santo, como si la Divinidad sufriera de múltiple personalidad. Tercero, tampoco cree la iglesia cristiana en un Dios que creó a Cristo como un dios menor, tal y como enseñan algunos grupos sectarios.

La doctrina de la Trinidad sí es la creencia en un solo Dios en tres personas eternas e iguales, aunque distintas en personalidad. Esta doctrina es sustentada por algunos indicios en el Antiguo Testamento y abundantes pruebas en el Nuevo Testamento. Ya te dije antes que la Biblia enseña claramente que Dios es uno y que hay un solo Dios. Sin embargo, el Antiguo Testamento presenta algunos indicios de la pluralidad de la Divinidad. En primer lugar, hay varios pasajes en los que Dios parece hablar consigo mismo en plural: "Hagamos al hombre" (Gén. 1:26); "descendamos y confundamos allí su lengua" (Gén. 11:7). En segundo lugar, hay textos que parecen presentar a Jehová hablando con otro personaje que también es Jehová (Zac. 3:1-2). El Nuevo Testamento presenta con gran claridad que Jesucristo es Dios (Juan 1:1; Rom. 9:5; Tito 2:13; Fil. 2:5-6; Col. 2:9; 1 Tim. 3:16; 1 Juan 5:20; Ap. 1:8,11-13). Además, la Biblia afirma que el Espíritu Santo posee características, atributos y derechos que sólo corresponden a Dios (conoce lo profundo de Dios, 1 Cor. 2:10; imparte vida, Rom. 8:11; es creador, Job 33:4; es omnipresente, Sal. 139:7). Por último, se debe señalar la existencia de pasajes bíblicos que presentan a las tres personas en alguna actividad conjunta: Mr. 1:10-11 en el bautismo de Jesús; Mt. 28:19 en la fórmula que se debe usar en el bautismo, en la que, de paso, puede verse la existencia de un solo nombre para las tres Personas; 2 Cor. 13:14 en una salutación del apóstol Pablo, quien los pone a los tres como dignos de derramar bendiciones sobre los lectores de esa carta. Como puedes ver, la Trinidad no es la invención de algún teólogo "desvelado", sino que es una enseñanza clara de la Palabra de Dios.

En el pasado, ha habido intentos de muchos cristianos por explicar la doctrina de la Trinidad, diciendo que es posible encontrar otros ejemplos de cosas que son "tres en uno". Algunos de esos ejemplos los puedes leer a continuación: 1) El agua (la misma agua, pero en sus tres estados, sólido, líquido y gaseoso); 2) las dimensiones de las cosas (largo, ancho, profundidad), son tres, pero es la misma cosa; 3) Los árboles, ya que tienen raíz, tronco y ramas, pero es el mismo árbol; 4) El hombre que es, a la vez, esposo, padre e hijo; 5) El trébol que tiene tres hojas, pero es el mismo trébol; 6) la electricidad que impulsa un motor, que da luz por medio de una lámpara y que hace funcionar una plancha (son tres clases de aparatos, pero es la misma electricidad); 7) El triángulo que tiene tres lados iguales, pero es un solo triángulo; etc.

La verdad es que ninguno de estos ejemplos –y ningún otro– pueden ilustrar a la perfección una verdad tan profunda e infinita como la de la Trinidad. De hecho, recuerda que la mente humana es finita, limitada e imperfecta. Por lo tanto, ¿crees tú que una mente tan pequeña como la mía, la tuya o la de algún maestro de ciencias puede explorar la naturaleza infinita de Dios? Para ser sinceros, si alguien puede llegar a entender el misterio de la Trinidad, esa persona tendría que ser Dios mismo (1 Cor. 2:11). De esta manera, ¡más bien hay que dar gracias a Dios porque no podemos ilustrar cómo es él! ¿Te das cuenta? Si pudiéramos comparar al Señor con alguna cosa que hay en la naturaleza, ese Dios sería pequeñísimo; del tamaño del entendimiento de cualquier ser humano. No valdría la pena confiar en él, ya que no sería Todopoderoso, infinito u omnipresente.

Debido a nuestra incapacidad para llegar a entender a la Persona de Dios, es que Él tomó la iniciativa y decidió hacerse como uno de nosotros, en la persona de Jesucristo, para que pudiéramos apreciar cómo es Él. Por eso es que Jesús pudo decir que quien lo había visto a él había visto al Padre (Juan 14:9) y es por ello que se puede decir que Jesús vino para dar a conocer a Dios (Juan 1:18). Lo más que podemos llegar a afirmar es que Dios es uno solo, pero se manifiesta en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aunque cada una de estas tres Personas tiene existencia propia, distinta de la de los otros dos, es el único y eterno Dios en el que creemos. Si alguien quiere burlarse ti debido a esa creencia, puedes contestar que, el hecho de que no podamos entender algo, no significa que no sea real. Di que esa es la enseñanza que el mismo Dios nos ha revelado y que prefieres confiar en lo que Dios te ha dicho que en lo que cualquier ser humano diga. Aunque mi mente no puede comprenderlo, todo mi ser lo acepta como la verdad que el Señor mismo nos quiso comunicar. ¡Gloria a su nombre!

¿Qué nos espera durante la eternidad?


Recibí la siguiente pregunta y quiero compartir con ustedes la respuesta:

Siempre me ha llamado la atención leer todo lo que la Biblia narra que sucederá al final de los tiempos. Pero también me nace la pregunta: Luego de que todo acabe y estemos con Dios, ¿Qué pasará? ¿Cuál será nuestro proposito??

Aquí la respuesta:

¡Gracias por tu pregunta! Este es uno de los temas en los que la Biblia no da información clara; solamente algunos indicios que señalan lo que sucederá. Los siguientes son algunos pensamientos al respecto:

1) Es obvio que Dios es eterno; por lo tanto Él será conocido por la eternidad (Ex. 3:15). Además,su justicia y salvación (y todas sus obras y atributos) también permanecerán eternamente (Is. 51:8) y su reino y dominio también son eternos (Dan. 6:26). Este es un buen punto de partida. La razón para tener esperanza en el futuro es que Dios estará allí.

2) En la Biblia es claro que hay un futuro glorioso para la creación física. Rom. 8:19-23 enseña que la Creación llora esperando su liberación el día en el que los hijos de Dios reciban la plenitud de su redención. Esto indica que algo bueno vendrá para el universo físico. 2 Pedro 3:10-12 señala que los elementos físicos de la actual creación serán fundidos con fuego, así como un alfarero funde una vasija con agua para deshacerla y volverla a hacer. Mateo 19:28 utiliza la palabra "regeneración" cuando se refiere a la Venida del Señor en gloria, lo cual revela que habrá una continuidad entre la creación actual y los nuevos cielos y nueva tierra que habrá en el futuro. En otras palabras, el nuevo universo que Dios creará estará basado en una renovación del actual.

3) Con relación a los seres humanos,
** La Biblia revela que tendremos cuerpos renovados; con capacidades superiores (1 Cor. 15:51-54).
** Apocalipsis 22:3 indica que entre las actividades que realizaremos en la Nueva Jerusalén por la eternidad estará la de servir al Señor, a través de adoración y otras actividades de servicio.
** La parábola de los talentos (Mat. 25:14-30) parece sugerir (sin estirar demasiado esta intepretación) que quienes hayan sido fieles "en lo poco" recibirán nuevas y mayores responsabilidades cuando el Señor regrese ("sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré"). ¿Qué clase de responsabilidades serán estas? Solamente podemos especular. Partiendo del propósito original del Señor, el cual consistía en compartir su dominio y gobierno sobre el mundo con los seres humanos (Gén. 1:27-28), creo que esas actividades incluirán dominar, gobernar y reinar junto con Dios sobre toda la creación (Ap. 22:5). Ir más allá y asegurar con exactitud cuáles serán las actividades es arriesgado.

4) He oído a muchos decir que estaremos alabando y adorando al Señor por la eternidad. Esto es cierto, siempre y cuando entendamos que TODO lo que hacemos es para alabanza de la gloria de Dios, pero no significa que vamos a participar en un culto de iglesia que va a durar toda la eternidad. Seguiremos adorando a Dios a través de las edades, pero por medio de muchas clases de actividades emocionantes, relevantes e importantes.

5) Se podría decir que tu servicio actual para el Señor es una especie de ensayo y capacitación para los nuevos horizontes que el Señor te mostrará para su gloria por toda la eternidad. ¡Qué privilegio y responsabilidad!

11 Consejos de Bill Gates para los adolescentes

Quizá hay que analizar cada uno y tomar en cuenta ciertas presuposiciones, pero estos consejos interesantes y a veces brutalmente realistas deben ser tomados en cuenta por las nuevas generaciones:

Consejo 1:
La vida no es justa, acostúmbrate a ello.

Consejo 2:
Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.

Consejo 3:
No ganarás $5000 mensuales justo después de haber salido del secundario y no serás un vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros.

Consejo 4:
Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida. Además no estudió para serlo.

Consejo 5:
Dedicarse a cocinar hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos te¬nían una palabra diferente para describirlo:le llamaban “Oportunidad”.

Consejo 6:
Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no rabies por tus errores: aprende de ellos.

Consejo 7:
Antes de que nacieras, tus padres no eran tan “aburridos” como son ahora. Ellos empezaron a serio por pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escu¬charte hablar acerca de la nueva onda en la que estabas. Así que, antes de em¬prender tu lucha por las selvas vírge¬nes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida; empezando por tu habitación.

Consejo 8:
En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.

Consejo 9:
La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo -si lo deseas - en tu tiempo libre.

Consejo 10:
La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café, del bar o de la película, para irse a trabajar.

Consejo 11:
Sé amable con los “nerds” (los más aplicados de tu clase). Hay muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos

¡Auxilio!... Todos me están mirando


¡Tenía que pasar! Al final de que uno de tus amigos contara un chiste, tú hiciste un comentario “adicional”, como queriendo agregar otro chiste a la broma ya hecha. Al instante, parece que todos callan a la vez, las sonrisas se pierden y parece como que si todas las miradas buscaran la tuya para pedir una explicación. Sientes que eres más grande y notorio que de costumbre, el pulso se acelera y sientes que el 100% de la sangre en tu cuerpo corre sin control hacia tu rostro. Comienzas a sentir calor, frío; una sensación de resequedad en la garganta y cierta humedad incómoda en los ojos.

Al terminar el episodio, deseas desaparecer y nunca más decir algo enfrente de otras personas. Una vez más, compruebas que eres la persona más tímida que existe sobre la faz de la tierra. Nunca serás popular y, claro, eres pésimo en reuniones sociales. “¿Por qué me hizo así Dios?”, piensas. “¿Por qué será tan difícil ser yo?” Si alguna vez te has sentido así, los siguientes consejos son para ti.

1) No estás solo.

La verdad es que muchas personas en algún momento de su vida se han declarado como personas “tímidas”. En una encuesta hecha en EE.UU., el 40% de los estudiantes de secundaria se consideraban “tímidos”. Eso significa que cerca de la mitad de los jóvenes como tú se ven a sí mismos como personas más bien calladas. Es cierto que a la mayoría nos parece que la timidez es un obstáculo, pero muchos sienten consuelo al saber que no están solos.

2) Este no es un problema insuperable.

Para decirlo con claridad, la timidez no es una “enfermedad sin cura”. Con la ayuda de Dios y algo de esfuerzo personal y de algunos amigos, el obstáculo se puede vencer.

3) Entiende el proceso de la timidez.

Examina los siguientes hechos como parte de una especie de diagnóstico que usarás para vencer este problema:

a. Todo comienza con el convencimiento de que no puedes actuar ante otras personas:
               i. No sabes iniciar una conversación.
               ii. No tienes nada interesante qué decir.
               iii. Si hablas, algo saldrá mal.
               iv. Estos pensamientos son peores si la persona con la que estás es de un nivel social  o económico más alto.

b. Esos pensamientos pesimistas y derrotistas te llevan a sentir una fuerte tensión emocional y lo que algunos llaman cierta “ansiedad social”. Entonces, puede suceder alguna o todas las siguientes manifestaciones:

               i. Te pones nervioso cuando estás solo con otra persona con la que no tienes mucha confianza.
               ii. Este estado se vuelve más grave si la persona es del sexo opuesto y atractiva.
               iii. Aparecen temores casi obsesivos acerca de lo los demás opinarán de tu ropa, tu pensamiento, tu apariencia, tu nombre, tu voz, etc.
               iv. Tiendes a pensar que cualquier cosa que suceda a tu alrededor, por más intrascendente que sea, se debe a tu inadecuada presencia. Por ejemplo, si la otra persona se ríe, piensas que es de ti, o si bosteza, crees que es porque encuentra aburrida tu plática.

c. Por último, todos estos factores te llevan a quedar mudo, paralizado, avergonzado y plenamente convencido de que tu lugar es más una ostra en el fondo del mar y no al lado de otras personas o haciendo amigos. La mala noticia es que esta actitud te regresa al principio y caes en una especie de pantano del que sientes que no puedes salir nunca.

4) En último caso, el problema tiene que ver con autoestima.

El inicio de la solución para el problema de la timidez extrema comienza cuando reconoces que no tienes una imagen saludable de ti mismo. Te sientes inadecuado, torpe socialmente y de menos valor que los demás por tener una nariz grande, unas piernas delgadas y chuecas o un caso de acné digno de mención en una revista científica. Si este es tu problema, recuerda:

            a. Eres creación perfecta de Dios. Sal. 139:13-18.
            b. Jesucristo dio su vida por ti. 1 Cor. 6:19-20.
            c. Eres amado tal y como eres. No necesitas impresionar al Señor. Él conoce tus virtudes y defectos y aun así te ama infinitamente. Jer. 31:3: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”.
            d. Antes de la fundación del mundo, Dios ya pensaba en ti, por nombre.
            e. Hay muchas personas que te aman y te aceptan. De hecho, los únicos verdaderos amigos son aquellos que lo hacen así.

5) Una ayuda del cielo para tratar con tímidos en la Biblia:
             a. Josué: Dios está contigo: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Jos. 1:9).
             b. Moisés: Dios te da la capacidad: “Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? (Ex. 4:10-11).
             c. Saúl: El poder del Espíritu te puede transformar: “Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. (1 Sam. 10:6).
             d. Timoteo: Tenemos las armas para vencer; usémoslas: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios” (2 Tim. 1:7-8). 

6) Puedes aprender a mejorar tus habilidades sociales.

Esto es similar a aprender a tocar un instrumento musical o aprender otro idioma. Debes practicar con entusiasmo y poner en práctica, algunas de las siguientes sugerencias:

         a. ¡Relájate! Recuerda que es posible que las otras personas también estén nerviosas y ansiosas.
         b. Sé amable al saludar. Sonríe con sinceridad. Eso relajará el ambiente.
         c. Aprende a escuchar a los demás. No pienses tanto en lo que debes decir, sino interésate genuinamente por lo que el otro está diciendo.
        d. Sé atractivo en tu forma de vestir, sin llamar excesivamente la atención ni parecer vanidoso o descuidado.
        e. Muéstrate dispuesto a cooperar y ayudar a otros. Eso ayudará a que enfoques tu atención en los demás y no tanto en tu falta de habilidad al hablar o actuar.
        f. Al hablar, usa preguntas “abiertas”, es decir, del tipo que no se contestan con una sola palabra. Por ejemplo: “¿Cómo te va en las materias del colegio?” “¿Qué es lo que más te gusta de esta iglesia?”
        g. Mantente atento a posibles temas comunes de conversación. Por ejemplo, un cuaderno con la figura de un deportista o de algún cantante te puede llevar a conversar acerca de preferencias deportivas o musicales.


¿Obsesión egoísta o amor verdadero?


Muchas veces los jóvenes confunden el amor verdadero con cierto sentimentalismo mezclado con egoísmo. La tarea de distinguir entre ambas es muy importante para evitar caer en graves errores que pueden llegar a destruir la vida. Hace unas semanas estudiamos la siguiente historia bíblica en el grupo juvenil. Quiero compartir el estudio, incluyendo las preguntas utilizadas para hacer pensar a los jóvenes. Que sea de provecho.



Amor Genuino u Obsesión Destructiva

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Video de Apertura Convención Internacional de Liderazgo Juvenil

Este es el video con el que se inició la Convención Internacional de Liderazgo Juvenil 2008. La creatividad con la que está hecho sorprende y hace pensar. ¡Disfrutémoslo!


"¡Detesto mi cuerpo!"


¿Eres de los que muchas veces sienten que su cuerpo es una mala tarjeta de presentación? Esa nariz gigantesca, esa propensión a desarrollar acné, esas piernas chuecas, esas libras de más o ese cabello tan rebelde nos hacen gritar desde el fondo del corazón: “¡Alto! ¡Quiero un cambio de cuerpo!”. La verdad es que casi todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hemos sentido que odiamos el cuerpo que tenemos –o por lo menos algún aspecto de él. Además, casi todos cambiaríamos algo de nuestro aspecto físico, si pudiéramos. Sin embargo, existe una línea no siempre muy bien definida entre el deseo de cambiar algo de la apariencia física y el aborrecer del todo nuestro cuerpo.

1. ¿Qué causa que lleguemos a detestar nuestro cuerpo?

A) La influencia de los medios y las modas. La publicidad actual ha hecho un énfasis exagerado en cierto tipo de persona a la que se califica de “atractiva”. La persona alta y delgada, de ojos azules y cabello rubio. Sin embargo, recuerda que estas imágenes están basadas en criterios mercantilistas y de ventas; no tanto –o no siempre– en la realidad. Además, los criterios de belleza son cambiantes. Quizá dentro de unos años la delgadez sea sinónimo de enfermedad y no de atractivo.

B) Las burlas de malos amigos. ¡Qué crueles pueden ser algunas personas! Para ellas, es muy fácil hablar mal sobre “ese gordo” o “aquella narizona”. Sin embargo, recuerda que si alguien se burla de tu cuerpo, ten la seguridad de que no se trata de un buen amigo, porque los buenos amigos se aceptan tal y como son. Además, no se ríen a costillas tuyas.

C) Comparación con amigos o conocidos considerados “atractivos”. “¿Por qué no soy como Susana (o cualquier nombre)?” Esa raíz de envidia puede enviarte directamente a un pozo que se llama frustración. La verdad es que tú no necesitas compararte con nadie. Eres especial así como eres; eso es lo que Dios dice.

D) Un estilo de vida no saludable. Por supuesto, el exceso de peso es un peligro para tu salud, aparte de ser un obstáculo en tu atractivo físico. El consumir golosinas en exceso, bebidas gaseosas, comidas rápidas, exceso de grasa, etc., te llevará, no sólo a verte mal y poco atractivo, sino que también afectará seriamente tu salud. La automedicación o el ignorar las enfermedades también son riesgos para la salud y para tu aspecto físico.

E) Una excesiva atención a lo externo. Es posible que estés ocupando demasiado tiempo en autocompadecerte solamente por unos pies grandes o unos ojos muy pequeños. ¿Y qué de tus cualidades internas? ¿Ya pensaste en ellas? ¿Te has tomado el tiempo de apreciarlas y cultivarlas?

F) Malos sentimientos o mala conciencia. A algunas personas se les nota en el rostro cuando están llenos de amargura y rencor. Si hay pecados sin confesar en tu vida o si hay relaciones rotas o conflictos sin resolver, debes esperar que tu apariencia general se vea afectada y tu actitud ante la vida sea negativa.


2. ¿Qué dice Dios acerca de tu cuerpo?

a) Eres creación perfecta de Dios. El Salmo 139 afirma: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!”. ¿Te das cuenta? Parte de las maravillas de Dios es tu cuerpo. Él mismo te hizo, como dice el salmista “formidables y maravillosas” son las obras del Señor al crearte tal y como eres. Eso implica que no hay otro igual a ti. ¡Qué maravilla!

b) Fuiste hecho a imagen de Dios. Génesis 1:27 afirma: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Además de ello, más adelante, el v. 31, dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. ¡Tú estás en esa evaluación! ¡Imagínate! Dios comparte contigo parte de su ser como persona. Tus características morales, espirituales, sociales, creativas, etc., son parte de la Persona misma de tu creador. Aunque, por supuesto, la imagen de Dios no incluye el cuerpo (puesto que él no lo tiene, ya que es Espíritu), sí es emocionante pensar que compartimos características que Dios tiene. ¡Eso nos hace sumamente especiales como personas y como raza humana!

c) Eres muy valioso. Mateo 10:29-31 dice así: “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”. Si Dios se encarga de cuidar a toda su creación, es decir, los animales, las plantas y la naturaleza, Jesús afirma que tú y yo valemos mucho más que ellos.

d) Tu cuerpo es sagrado. 1 Corintios 6:19-20 dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”. La idea de que el cuerpo es templo del Espíritu señala la santidad de tu cuerpo. No puedes hacer con él lo que se te antoje o abusar de él. Es de Dios, ya que él te compró a un precio muy alto: la vida de Su Hijo.

e) Con tu cuerpo sirves a Dios y a los demás. Romanos 12:1: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. Es interesante notar que Pablo no nos ruega presentar los espíritus en sacrificio vivo, sino los cuerpos. Esto habla acerca de la función del cuerpo en servir al Señor. Por lo tanto, lejos de ser despreciable, tu cuerpo es una herramienta para bendecir a Dios y para ayudar en las necesidades de los demás. ¡Úsalo para la gloria del Señor!


f) Tu atractivo debe ser, primeramente, interno. 1 Timoteo 2:9-10 y 1 Pedro 3:4 hacen una lista de lo que debe ser el atavío (se dirige a las mujeres, pero creo que los principios son aplicables a los varones también): ropa decorosa, pudor, modestia, buenas obras; espíritu afable y apacible. Que tu apariencia siempre refleje estos valores y entonces, Dios te considera una persona sumamente atractiva.


3. ¿Qué puedes hacer para comenzar a amar tu cuerpo?


  • Da gracias a Dios por haberte dado tu cuerpo. Hazlo en este momento y comienza a experimentar el gozo de la gratitud.

  • Enfoca tu atención y tus energías en servir a los demás. Busca a alguien en necesidad y presta tu auxilio desinteresado y amigable. De esta manera, comenzarás a ver tus propias fortalezas y cualidades en el servicio a otros.

  • Si escuchas comentarios burlescos en relación con tu apariencia, tómalos a la ligera y con un toque de humor. Las personas que no se toman demasiado en serio son más atractivas que las que se ofenden por todo. Además, si los que se burlan te ven afectado, enojado u ofendido, el resultado será, en muchos casos, contraproducente; es decir, se seguirán burlando para provocarte.

  • Cultiva amistades genuinas con personas que te amen y te acepten tal y como eres.
    Recuerda que la perfección absoluta sólo corresponde a Dios. De hecho, hay que decir que tus defectos –aun algunos físicos– son parte de tu personalidad y te definen como individuo. Por lo tanto, aprende a apreciarlos. Obviamente, si hay aspectos físicos o de conducta que se pueden cambiar, hay que hacerlo, pero recuerda que nunca estarás libre de defectos.

  • En cuanto a tu apariencia, hay cosas que puedes cambiar y hay otras que no. Haz un esfuerzo por mejorar lo que está a tu alcance. Considera los siguientes consejos:


  1. Cuida tus hábitos alimenticios. Procura comer sano y a tiempo. Evita las golosinas y las comidas con exceso de grasa, entre otras cosas.

  2. Haz ejercicios moderada y regularmente.

  3. Controla tu peso, no de manera obsesiva, sino buscando sentirte bien contigo mismo.

  4. Procura cuidar tu presentación personal:

  5. Vístete con modestia, sin exhibicionismos innecesarios.

  6. Mantén tu ropa limpia, planchada y de acuerdo a la ocasión.

  7. Toma un baño regularmente; limpia tus dientes después de las comidas; lávate el cabello con regularidad.

  8. Visita al médico y al dentista con regularidad; no solamente cuando estás enfermo. Es mejor la medicina preventiva que la curativa, y además eso ayudará en tu aspecto general.

  9. Cambia tu actitud ante la vida: sé optimista.


  • Lee buenos libros. Es increíble cómo mejora la imagen de las personas con los conocimientos generales.

  • Mírate en el espejo y haz una lista de las cosas buenas que tienes físicamente. Considera las que puedes mejorar y piensa en la manera en que lo harás. Esto te ayudará a establecer un “estándar personal de atractivo”, que no esté basado en el cine o la TV, sino en tu propio cuerpo. Por supuesto, recuerda no poner metas inalcanzables, sino realistas, basadas en tu propio atractivo y tus fortalezas.

  • Ten cuidado con las cirugías estéticas. Aunque claro, en muchos casos extremos (quemaduras, accidentes, defectos graves) son una buena alternativa, hay que estar conscientes que, además de ser muy caras, conllevan riesgos y, de todas maneras, no eliminan los complejos de inferioridad.

Tu cuerpo: ¿Adornado o mutilado?


Orientaciones acerca de los tatuajes y el "piercing"

En los últimos años se ha visto el surgimiento de modas diferentes en el ámbito juvenil. Desde el vestuario, pasando por el lenguaje y los gustos musicales, hasta llegar a lo que muchos consideran es un extremo: el uso de tatuajes y piercing. Para muchos, este no es más que otro escalón en el descenso vertiginoso de los jóvenes de hoy hacia la rebeldía y el abuso de sí mismos. Otros afirman con seguridad que es una manera de expresarse y de sentirse bien con sus propios cuerpos. ¿Cuál es la verdad? ¿Estamos en presencia de un movimiento que mutila el cuerpo que Dios creó o simplemente ante una expresión nueva de adorno y estética? ¿Qué dice la Palabra de Dios? ¿Qué opinan los que lo usan? Estas y otras preguntas, buscarán su respuesta en el presente estudio.

1. Historia y fascinación actual

Los tatuajes existen desde hace miles de años y han cumplido distintas funciones según la época o la cultura:

  • • El tatuaje egipcio estaba relacionado con el lado erótico, emocional y sensual de la vida.
  • • También se usaba en la antigüedad para impresionar y asustar a los enemigos en el campo de batalla. En las antiguas poblaciones británicas este método de intimidación fue utilizado por los guerreros que, al tatuarse la cara y cuerpos en preparación para la guerra, lograban desmoralizar e infundir temor a los enemigos.
  • • Las mafias japonesas ("yakuza") utilizaban (y aun hoy lo hacen) tatuajes para marcar a sus miembros. Demuestran su valor soportando el doloroso proceso de hacerlos. Los diseños son muy amplios y representan seres sagrados y mitológicos.
  • • En las culturas precolombinas de América Central y del Norte tenían relación con la magia, la religión y las divinidades.
  • • En algunas épocas era un castigo o una señal de esclavitud. En otras, era un símbolo de poder y distinción. El tatuaje indicaba la dignidad de una persona.
  • • En ciertas tribus, entre los ritos de entrada en la vida adulta se incluían los tatuajes. A veces se iban añadiendo a lo largo de la vida hasta que cubrían casi toda la piel de la persona.
  • • El emperador Constantino, primer emperador cristiano de Roma, emitió un decreto en contra de la actividad del tatuaje.
  • • A pesar de esto, existen registros de que los guerreros religiosos de las Cruzadas se hacían tatuar crucifijos para asegurarse un entierro cristiano, también los peregrinos que iban a Jerusalén se hacían tatuar crucifijos para recordar su viaje y como presencia constante de su fe.
  • • Ha habido épocas en que eran exclusivos de gente "extraña" y supuestamente de bajo nivel o tal vez extravagante. En los años ochenta la cultura del tatuaje empezó a extenderse en el mundo del rock del heavy y del punk.
  • • Sin embargo desde hace un par de décadas, los tatuajes han ido ganando popularidad entre personas de todos los niveles sociales, de todas las edades y culturas. Existen concursos de diseños y han proliferado los negocios dedicados a realizarlos. Hoy, el tatuarse es parte de lo que se ha llamado "body art" o "arte corporal", que incluye también el ''piercing''.

2. Por que se ve mal en las iglesias

La principal preocupación de los lideres de las iglesias y de los padres de familia es lo que podríamos llamar “culpa por asociación"; es decir, que al ver a alguien usando tatuajes o aretes, lo asocian con actitudes reprensibles o con cierta clase de personas:

  • • Se asocia con la rebeldía.
  • • Se asocia con los miembros de las maras y sus actitudes antisociales
  • • Hoy en día, los tatuajes más populares están relacionados con figuras oscuras, como demonios, serpientes o escorpiones, los cuales tienen un significado cultural común: glorifican la maldad.
  • • Se asocia con músicos y deportistas que no son considerados buenos modelos:
** Madonna
** Alejandra Guzmán
** Dennis Rodman
** Allen Iverson
** Eminem

  • • Ahora bien, tú dirás: "Pero yo no soy rebelde ni marero. Solamente quiero adornar mi cuerpo o expresar una idea".
  • • Sin embargo, debes reconocer que la preocupación de los líderes de la iglesia es legítima. El razonamiento de ellos es el siguiente: "Si te vistes como un drogadicto, utilizas el lenguaje de un drogadicto y vas a lugares que frecuentan los drogadictos, entonces posiblemente tengas un problema de drogadicción".
  • • Por supuesto, es discutible que los ejemplos sean similares, pero esa es la manera en la que se analiza el problema.
  • • En medio de todo, recuerda que tus padres y líderes de la iglesia desean lo mejor para tí. Ellos no desean verte asociado con comportamientos dudosos o cuestionables. Por lo menos eso debes reconocer.
  • • Por otro lado, es necesario reconocer que, ya que en muchas iglesias se asocian estas actividades, con rebeldía y anarquía, es muy fácil que se levanten prohibiciones o sospechas hacia aquellos que las practican.

3. Argumentos e favor y en contra

A FAVOR:

• No se hace daño a nadie.
• Es una manera de expresarse y emplear positivamente la energía.
• Es parte de la cultura juvenil.
• En la Biblia aparecen símbolos que implican tatuajes:

  1. ** “Y te será como una señal en tu mano, y como un recordatorio en tu frente, para que la ley del Señor esté en tu boca." - Éxodo 13:9
  2. ** "Este dirá: "Yo soy del Señor,' otro invocará el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: Del Señor soy y se llamará con el nombre de Israel. " - Isaías 44:5
  3. ** "Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES." - Apocalipsis 19:16

• Es estético, cuando se hace adecuadamente. Incluso puede servir para testificar acerca de la fe. Hay muchos cristianos en otros países que usan tatuajes, como los cantantes de P.O.D. Incluso hay una "Asociación Cristiana de Tatuajes" (Christian Tatoo Asociation; www.xtat.org)

EN CONTRA:

• El que se tatúa es asociado con personas de dudosa reputación, al menos en nuestra cultura. Así que debe soportar las censuras de algunos compañeros, amigos o familiares.

• Muchos lo hacen para contradecir a sus padres o maestros. La Biblia condena esa clase de rebeldía (1 Samuel 15:23: "Como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación... "). En otras palabras, cuando desobedeces y eres rebelde a tus padres, el tema deja de ser los tatuajes para convertirse en un pecado explícitamente condenado en la Biblia.

• Otros lo hacen simplemente para mostrar su "machismo" u "hombría", de la misma manera en la que comienzan a fumar o beber para demostrar que "son hombres".

• Otros lo hacen por la emoción de algún momento especial en su vida. Por eso, se hacen un tatuaje con el nombre de su novia. El problema es que, si la relación termina, te quedas con el tatuaje. De hecho, se reconoce que la principal desventaja de los tatuajes es que son prácticamente permanentes. ¿Sabías que la tercera parte de las personas que se hacen un tatuaje lo lamentan después?

• Si el trabajo no es hecho por un profesional, el dibujo o leyenda pueden quedar mal y producir frustración y enojo.

• Se corren graves riesgos de salud:
  1. Contagio de SIDA o hepatitis B cuando no se toman las medidas higiénicas necesarias en un trabajo profesional: desinfectantes, instrumentos esterilizados, etc.
  2. Infecciones de la piel, debido a las mismas razones. Una chica de 17 años, pidió a un amigo que hacía tatuajes que le pusiera un arete en la lengua. "Me aplicó Xilocaína directo a la lengua y después me perforó para ponerme el arete... a las dos horas mi lengua empezó a deshacerse como gelatina por lo que me hospitalizaron y me tuvieron que dar 10 puntadas.»
  3. Algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas.
  4. La piel de algunas personas puede no cicatrizar bien o producir cicatrices gruesas (queloides).
  5. Debe existir un cuidadoso proceso de recuperación: aplicar una pomada cicatrizante y crema hidratante, no exponerse al sol o bañarse en una piscina por unas dos semanas. De lo contrario, pueden aparecer complicaciones cutáneas.

PRINCIPIOS BIBLICOS

• «Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna». (RV60). «No haréis sajaduras en vuestro cuerpo... ni os
haréis tatuajes» (Lev. 19:28, Biblia de las Américas). La verdad es que este texto bíblico no se refiere a la práctica estética moderna de usar tatuajes. Sí habla acerca de su uso religioso o relacionado con la brujería. En otras palabras, la Biblia prohíbe las prácticas paganas de buscar protección de algún animal o espíritu haciendo un tatuaje en la piel para adquirir su poder. Es claro, entonces, que se prohíbe el uso ocultista de los tatuajes.

• 1 Cor. 6:19-20 dice: ¿0 ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

• De aquí, se desprenden los siguientes principios:
  1. Tu cuerpo le pertenece al. Señor, porque él lo compró. Por lo tanto, no puedes hacer con él lo que quieras. Él te pedirá cuentas de lo que haces, ya que él es tu dueño. Dicho de otra forma, no tienes permiso de decir: "Es mi cuerpo y yo hago con él lo que quiera". ¡No! Tu cuerpo es del Señor, quien lo compró. ¡Es clarísimo!
  2. Tu cuerpo es templo del Espíritu Santo. Lo anterior significa que es sagrado. No debes hacer cosas que lo perjudiquen (esto incluye comidas y hábitos dañinos). Si piensas usar tatuajes o colocarte aretes debes asegurarte que tu cuerpo no sea dañado.

• ¿Cuáles son tus motivaciones para usar tatuajes o bodypiercing? Esto es lo importante. Si deseas hacerlo por una de las siguientes razones, probablemente no debas hacerlo:
  1. Si lo haces sólo por seguir la corriente, recuerda que Romanos 12:2 dice que no debemos conformarnos a este siglo pecaminoso. Sólo porque mis amigos tienen el tatuaje de una estrella invertida, no significa que yo debo hacerlo. Recuerda que tus verdaderos amigos respetarán tu decisión y no te presionarán a hacer algo que no deseas.
  2. Ef. 6:1-2. Si quieres hacerlo por rebeldía a tus padres, recuerda que Efesios 6:1-2 dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto los justo. 2Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.". En otras palabras, si todavía estás bajo la tutela de tus padres, Dios dice que es tu responsabilidad obedecerlos y sujetarte a ellos. La promesa es que, al hacerlo, te irá bien en esta tierra.

• Si lo vas a hacer, hazlo para la gloria de Dios, igual que todo lo que haces. ¿Puedes darle gracias a Dios por el tatuaje que vas a usar? 1 Cor. 10:31 dice: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.".

5. Sugerencias Prácticas

• Si no lo necesitas, no lo busques. El sólo probar por probar no es una guía segura.

• Piensa bien tus decisiones. Analiza los pro y los contra antes de tomar una decisión que afectará tus próximos años. Recuerda que una de las características de la inmadurez es que no piensa en las consecuencias a largo plazo de sus decisiones actuales.

• Busca orientación y ayuda adecuada. Si vas a usar tatuajes o piercings, busca a los profesionales, aunque te cueste más. Habla con tus padres; no les des una sorpresa desagradable. A propósito, si vas a alguna iglesia, busca la ayuda del pastor o de algún líder de tu confianza. Expresa tus deseos y motivaciones y escucha sus consejos. No los deseches. Recuerda que la Biblia dice que "...en la multitud de consejeros hay seguridad" (Prov. 11:14).

• Recuerda que eres un seguidor de Jesús. No hagas nada que pueda minar tu buen testimonio en tu familia o en tu iglesia. Si usas un tatuaje y sabes que no te criticarán, escoge un diseño o una leyenda positiva y animadora; no una que deshonre el nombre de Cristo.

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