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El Nuevo Orden Mundial Verdadero


Publicado en "El Encuentro con Dios"
Unión Bíblica


Miqueas 5

1 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel. 2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. 3 Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. 4 Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra. 5 Y éste será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales; 6 y devastarán la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la tierra de Nimrod; y nos librará del asirio, cuando viniere contra nuestra tierra y hollare nuestros confines. 7 El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres. 8 Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape. 9 Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos. 10 Acontecerá en aquel día, dice Jehová, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros. 11 Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. 12 Asimismo destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. 13 Y haré destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la obra de tus manos. 14 Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti, y destruiré tus ciudades; 15 y con ira y con furor haré venganza en las naciones que no obedecieron.


            Si confiamos solamente en lo que nuestros ojos pueden ver en el mundo, casi podríamos afirmar el fracaso del bien ante los falsos valores de la codicia y el egoísmo. Sin embargo, como parte de sus planes perfectos, el Señor proyecta una nueva manera de ver el mundo; con nuevos valores, nuevos gobernantes y nueva manera de relacionarse los unos con los otros. ¡Esta es la esperanza cristiana!
Nuevos dirigentes. El mismo libro de Miqueas afirmó la responsabilidad doble de los líderes en la vida de la nación. En consecuencia, este nuevo orden comienza con nuevos dirigentes; el más importante de ellos es el Mesías. Aquí encontramos la extraordinaria profecía que anuncia el nacimiento de Jesús en Belén. Sin duda, este nuevo pastor es una de las claves del nuevo orden que Dios establecerá en el mundo. Él “apacentará” al pueblo, levantará otros líderes capaces y sabios y él mismo será la paz del pueblo. ¡Qué estimulante es pensar que nosotros somos parte de los seguidores de este sabio líder que transforma y dirige el mundo!
            Nueva paz. La paz es construida a base de dos medios: el primero es una influencia sutil, cual rocío, del pueblo de Dios, el cual, por designio divino; no humano, penetra en las sociedades con las que tiene contacto. La segunda es la intervención del Señor en contra de sus enemigos, los cuales son vencidos de manera categórica y final. Aunque esta profecía está en espera de su cumplimiento final, hoy, como la lluvia que inunda hasta los rincones más apartados del paisaje, los hijos de Dios podemos traer una beneficiosa influencia sobre el mundo.
            Nueva situación espiritual. El programa divino contempla una transformación de la vida espiritual de la humanidad. No más supersticiones engañosas; no más idolatría o abusos en nombre de la religión. Todo este cambio es provocado por la infalible mano del Señor que interviene para traer nuevos valores a la humanidad. ¡Comencemos a vivir bajo este nuevo orden mundial!



                 ¿Ves el mundo desde la perspectiva divina? ¿Confías en Jesucristo como el verdadero líder que guiará al mundo sabiamente? ¿Anhelas vivir bajo estos nuevos valores de Dios aun desde hoy?
                 Señor, deseo ser un agente tuyo que practica y enseña una filosofía diferente ante la vida.

Los líderes son más culpables (Miqueas 3)


Publicado en
"El Encuentro con Dios"
Unión Bíblica

Miqueas 3

1 Entonces dije: «Escuchen, gobernantes de Jacob, autoridades del pueblo de Israel: Acaso no les corresponde a ustedes conocer el derecho? 2 Ustedes odian el bien y aman el mal; a mi pueblo le arrancan la piel del cuerpo y la carne de los huesos; 3 ustedes se devoran a mi pueblo, le arrancan la piel, le rompen los huesos; lo descuartizan como carne para la olla, como carne para el horno.» 4 Ya le pedirán auxilio al Señor, pero él no les responderá; esconderá de ellos su rostro porque hicieron lo malo. 5 Esto es lo que dice el Señor contra ustedes, profetas que descarrían a mi pueblo: «Con el estómago lleno, invitan a la paz; con el vientre vacío, declaran la guerra. 6 Por tanto, tendrán noches sin visiones, oscuridad sin presagios.» El sol se ocultará de estos profetas; ¡el día se les volverá tinieblas! 7 Los videntes quedarán en vergüenza; los adivinos serán humillados. Dios les tapará la boca, pues no les dará respuesta. 8 Yo, en cambio, estoy lleno de poder, lleno del Espíritu del Señor, y lleno de justicia y de fuerza, para echarle en cara a Jacob su delito; para reprocharle a Israel su pecado. 9 Escuchen esto ustedes, gobernantes del pueblo de Jacob, y autoridades del reino de Israel, que abominan la justicia y tuercen el derecho, 10 que edifican a Sión con sangre y a Jerusalén con injusticia. 11 Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!» 12 Por lo tanto, por culpa de ustedes Sión será como un campo arado; Jerusalén quedará en ruinas, y el monte del templo se volverá un matorral.


            Vivimos en una época fascinada por los líderes y el liderazgo. Los vemos como hombres y mujeres carismáticos que utilizan el poder para dirigir grupos, sociedades y naciones. Sí; las posiciones de poder resultan atrayentes para muchos, sobre todo porque se ha llegado a pensar en que es normal usar los cargos para beneficiarse. El pasaje de hoy coloca a los líderes en una posición de mayor responsabilidad por el pecado que el resto de las personas. Todos son culpables, pero el Señor acusa frontalmente a aquellos que por su autoridad tenían la obligación de ser modelos para los demás.
            Los gobernantes y los profetas de Israel muestran señales absolutamente contrarias a sus responsabilidades. Ellos deberían ser los que imparten justicia a los oprimidos, los que prestan ayuda a los necesitados y que instruyen al pueblo. Sin embargo, ellos hacen lo contrario. Los líderes políticos utilizan los privilegios que les dan sus cargos para, a través de corrupción y robo descarado, alimentar su codicia cada vez mayor, sin importarles el daño que estas acciones producen a los demás. Los líderes religiosos, por su parte, no se quedan atrás. En lugar de guiar al pueblo con sabiduría, lo hacen errar, utilizando sus palabras para su egoísta conveniencia o para condenar a aquellos que los adversan. Los responsables de la buena marcha de las personas, se aprovechan de ellas. Estas palabras resuenan más fuerte en situaciones de corrupción e ilegalidad que tanto abundan en estos días. ¡Qué vergüenza!
            La denuncia es clara y la sentencia es final. El Señor va a actuar de manera pública en contra de estos líderes malvados. No les responderá a los gobernantes cuando ellos clamen al Señor. A los profetas corruptos se les vendrá la noche, en lugar de que ellos sirvan de luz y guía para el pueblo. Por supuesto, en el resto del libro, Dios ha acusado a todo el pueblo por los pecados contra él y contra el prójimo. Sin embargo, un juicio especial está reservado en contra de aquellos dirigentes que, abandonan su responsabilidad y utilizan su oficio para fines egoístas.
            ¿Cómo usamos los privilegios que da el liderazgo? ¿Somos buenos ejemplos o dejamos que la codicia distorsione nuestra labor? ¿Denuncias a los malos líderes o callas de manera cómplice?

Oración
            Señor, si me colocas en puestos de autoridad, hazme entender la doble responsabilidad de un líder y ayúdame a ser una influencia positiva a favor de aquellos que están bajo mi dirección.

¡El pueblo de Dios enfrentado con Dios! (Miqueas capítulo 2)

Publicado en "El Encuentro con Dios"
Unión Bíblica

¿Pueblo de Dios enemigo de Dios? Parece una falsedad o al menos una exageración. Es que cada vez es más común entre los cristianos de hoy pensar que por ser hijos de Dios, el éxito es seguro en todo momento. Sin embargo, el pasaje de este día describe las condiciones en las que el pueblo de Dios se coloca a sí mismo como auténtico adversario del Señor.
            Miqueas es muy específico en cuanto a la naturaleza de los pecados del pueblo. Tanto, que parece que estas palabras provienen de algún noticiero de nuestros países. La codicia, la corrupción, la violencia, el latifundio y la opresión contra los pobres y desposeídos son parte de una vergonzosa galería de impiedades que ocurrían en el seno de “mi pueblo”. La verdad es que, muchas veces, estos pecados son percibidos solo como consecuencia natural del sistema económico o político en que se vive. Otras veces se exhorta a los creyentes a callar o ser indiferentes frente a esta “realidad inevitable de la vida”. Sin embargo, el mensaje del profeta es explícito en el sentido de que, así como estos malvados “piensan” y planean cómo aprovecharse del prójimo (v. 1), así el Señor de los cielos “piensa” y planea cómo será el castigo terrible por los abusos contra sus hermanos (v. 3). El castigo será tan ejemplar que las futuras generaciones se burlarán de ellos por haberse enfrentado al Poderoso Dios (v. 4). La sentencia es terrible, pero justa.
La reacción de muchos es casi igualmente vergonzosa como los pecados mismos. Dicen que si son parte del pueblo escogido, Dios no puede estar en su contra (v. 7). A pesar de ello, el Señor mismo afirma que ellos se han colocado como sus enemigos (v. 8). Sus falsos profetas, que predican lo que a ellos les gusta no los salvarán. ¡Qué terrible! ¡El pueblo escogido de Dios se porta como enemigo! Dios traerá restauración en un día glorioso, pero después de pasar por el justo castigo del Señor. ¡Solo algunos se librarán de ese terrible juicio divino! ¡Qué horror es verse enfrentado a Dios por la codicia!
Aplica
¿Cómo tratas a los más pobres que tú? ¿Eres culpable de estos terribles pecados en contra del prójimo? ¿Debes arrepentirte de estos u otros pecados?

Señor, prometo que mi caminar contigo será evidente en mis relaciones de justicia y misericordia para con el prójimo. Así mostraré que soy parte de tus fieles.

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