Video de Apertura Convención Internacional de Liderazgo Juvenil

Este es el video con el que se inició la Convención Internacional de Liderazgo Juvenil 2008. La creatividad con la que está hecho sorprende y hace pensar. ¡Disfrutémoslo!


Este próximo miércoles 10 de septiembre se acabará el mundo... otra vez


Encontré este interesante artículo en la BBC, el cual demuestra la ingenuidad que muchas veces demostramos los cristianos ante temas como este. Leanlo con atención y luego comentaré algo sobre la actitud bíblica ante el tema del fin del mundo.

Lunes 08 de septiembre de 2008, 21:15 GMT

¿Se acabará el mundo el miércoles?

Un gigantesco acelerador de partículas está a punto de ponerse en marcha en Suiza y un pequeño grupo de personas cree que eso podría suponer el fin del mundo. ¿Por qué estamos tan obsesionados con la posibilidad de un Apocalipsis?

El fin del mundo llegará algún día, eso es una certeza. Pero no ocurrirá pronto y es muy probable que no sea con un repentino y estrepitoso cataclismo este miércoles.

La mayoría de físicos considera que el proyecto es totalmente inofensivo.

Pero cuando uno ve un titular en el periódico que dice "¿Vamos a morir el próximo miércoles?", no puede dejar de preguntarse sobre esa fascinación con la idea del fin del mundo.

Se trata de uno de los conceptos más poderosos y antiguos de la humanidad, llámese escatología (teoría religiosa del fin del mundo), milenarismo, el fin de los días, el Apocalipsis o el desastre final.

"Es un patrón muy antiguo del pensamiento humano, incluso anterior a la Biblia y presente en la mitología de Oriente Medio, el caos final, la última batalla entre las fuerzas del orden y el caos", explica el historiador cultural Paul S. Boyer, autor de "Cuando el tiempo ya no exista: Creencias proféticas en la cultura moderna americana".

"Es un concepto profundamente arraigado desde el punto de vista psicológico ya que la idea de una existencia sin sentido es muy amenazadora", dice.

"Las sociedades humanas siempre han tratado de crear una especie de marco conceptual para dar significado a la historia y a nuestras propias vidas personales", añade.

Aunque la idea del fin del mundo figura en muchas religiones, las occidentales están más ligadas a la escatología cristiana.

En los primeros días de la Iglesia se daba por sentado que el Segundo Avenimiento y el fin del mundo eran inminentes.

La corriente principal del cristianismo se alejó de este tipo de ideas, pero grandes grupos de creyentes las adoptaron nuevamente en varias ocasiones.

"No es sólo un grupo marginal de lunáticos, es una parte integrante de toda la cristiandad. Pero en la rama más general de la cristiandad esto se pone en perspectiva como algo que podría ocurrir algún día", dice Stephen J. Hunt, sociólogo religioso y autor de "El Milenarismo cristiano: Desde la iglesia temprana hasta Waco".

"Pero ciertos grupos y movimientos creen que esto le pasará a su generación", agrega.

Cataclismos

Muchos grupos que habían predicho la fecha exacta del fin del mundo, la Gran Tribulación o la teoría del Arrebatamiento de la Iglesia, lo reconsideraron cuando llegó el momento y no pasó nada. Luego vinieron nuevas teorías.

Los Testigos de Jehová han hecho interminables predicciones sobre posibles cataclismos que nunca sucedieron, y tan sólo en los últimos años han decidido abandonar tales profecías. Sin embargo, estos augurios fallidos no han desanimado a los más creyentes.

No pasó lo mismo con los seguidores del Movimiento Millerista, liderado por William Miller, quién no sólo predijo el fin del mundo sino que dijo que ocurriría el 22 de octubre de 1844.

La fama de la secta aumentó a medida que se acercaba la fecha, se vendieron miles de periódicos y sólo una cosa pudo dar al traste con su popularidad, la llegada del 23 de octubre de 1844.

Este fallo fue conocido como la "gran contradicción" y los seguidores se fueron a raudales.

"Las actuales profecías son mucho más astutas", dice el profesor Boyer.

"Dicen que ningún hombre sabrá el día o la hora, pero que ocurrirá pronto", explica.

Carlos Roa está convencido de que sabe la hora. El guardameta argentino, mejor conocido por sus heroicos penaltis contra Inglaterra en el Mundial de 1998, rechazó renovar su contrato con el Real Mallorca a medida que el 2000 se aproximaba, ya que creía que el mundo se terminaba y tenía que prepararse. Cuando esto no pasó, no dudó en regresar al Mallorca.

"Un tema de poder"

Para muchos es fácil burlarse de los que creyeron y erraron, pensando sobre el modo o el momento en que el mundo se acabará, quizás respondiendo a una mera necesidad humana.

"Tiene que ver con un tema de poder", dice Michael Molcher, editor de la revista The End is Nigh ("El fin está cerca").

"En tiempos marcados por guerras o hambrunas, en tiempos generalmente malos, florecen las prédicas e ideas apocalípticas".

"Es la forma en que la gente controla el modo en que el mundo funciona. Lo único que no podemos predecir es el momento y modo en el que moriremos", señala.

Los grandes periodos de este tipo de ideas -Europa en torno al año 1.000, la Guerra Civil Inglesa, la Revolución Industrial en ambos lados del Atlántico, y el siglo XX- han sido momentos de grandes e intensas turbulencias.

"Un gran número de fundamentalistas están 'buscando señales'. Si hay otro tornado en Florida, son los que dicen que debe ser un castigo", dice Hunt.

Un tema común en algunos reductos cristianos milenaristas es el renacimiento de un Imperio Romano liderado por el Anticristo y conformado por diez naciones europeas.

El tema procede de la descripción de la bestia con diez cuernos del Libro de las Revelaciones.

Hasta hace relativamente poco esto se relacionaba con la Unión Europea, pero ahora que tiene 27 miembros, la idea se ha enfocado más en sus diez integrantes de la parte occidental del continente.

Cultura popular

La idea del fin de los días parece tener cabida en la cultura popular.

De la serie de novelas The Left Behind ("Los dejados atrás") se han vendido millones de ejemplares y gente de todo el mundo acudió en tropel a las salas de cine para ver las tres secuelas de "Profecía".

Pero sería erróneo decir tan sólo la gente religiosa cree en el fin del mundo.

En tiempos de la Guerra Fría el fin del mundo cobró la forma de armas nucleares, y hoy en día se habla de una catástrofe climática que daría paso a un mundo intacto pero sin seres humanos.

La predicción favorita de Molcher es la de una mujer convencida de que los planes chinos de construir una base en la luna alterarán su órbita y la enviarán peligrosamente hacia la Tierra.

Religiosos o no, los creyentes de estas teorías tienen en común que el mundo terminará algún día y aún hay muchos que quieren determinar la fecha.

Un predicador estadounidense, Ronald Weinland, predijo en su libro God's Final Witness ("El último testigo de Dios"), que Estados Unidos será destruido en los próximos dos años.

Lamentablemente, cuando uno trata de averiguar más y le envía un email, recibe una respuesta automática. Será que está demasiado ocupado preparando el final de los días.

FIN DEL ARTÍCULO...

Bien. El artículo muestra una adecuada investigación, propia de una institución periodística mundial. Digo lo anterior, porque obviamente no podemos acusar a la BBC de ser anticristianos; al menos en este artículo.

La verdad es que muchas veces los cristianos hemos sido parte de este movimiento sensacionalista y la mayoría de veces poco serio que presenta el regreso de Jesucristo como un evento catastrófico y digno de una película de horror. En contraste con esta actitud, la Biblia nos presenta las siguientes actitudes ante el regreso de Jesús:

1) El regreso de Jesús es una ocasión de consuelo para los hijos de Dios. Juan 14:1-2

2) Debemos mantener una actitud de espera ansiosa y feliz. Tito 2:13; 2 Timoteo 4:8

3) Hay que estar preparados en santidad, pureza y servicio constante. 2 Pedro 3:10-12; 1 Corintios 1:7-8; Romanos 13:11-14.

4) Es la oportunidad de publicar la buena nueva de salvación y nueva vida que Dios ofrece a todas las personas, ya que es su deseo que todos tengan la oportunidad de ser salvos. 2 Pedro 3:9.

5) Por supuesto que es un tiempo de advertencia para aquellos que no tienen a Cristo, pero esta no es la principal actitud bíblica.

¡No aceptemos que el interés comercial y cierto terrorismo teológico nos roben la emoción de esperas de los cielos al Hijo de Dios que viene pronto!


¿Calvinista o arminiano?

Este es el audio de una exposición que hice para el programa "El Bunker". Sirve como una introducción bastante sencilla (a riesgo de generalizar un poco) sobre la controversia entre el calvinismo y el arminianismo. ¡Espero comentarios!


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"¡Detesto mi cuerpo!"


¿Eres de los que muchas veces sienten que su cuerpo es una mala tarjeta de presentación? Esa nariz gigantesca, esa propensión a desarrollar acné, esas piernas chuecas, esas libras de más o ese cabello tan rebelde nos hacen gritar desde el fondo del corazón: “¡Alto! ¡Quiero un cambio de cuerpo!”. La verdad es que casi todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, hemos sentido que odiamos el cuerpo que tenemos –o por lo menos algún aspecto de él. Además, casi todos cambiaríamos algo de nuestro aspecto físico, si pudiéramos. Sin embargo, existe una línea no siempre muy bien definida entre el deseo de cambiar algo de la apariencia física y el aborrecer del todo nuestro cuerpo.

1. ¿Qué causa que lleguemos a detestar nuestro cuerpo?

A) La influencia de los medios y las modas. La publicidad actual ha hecho un énfasis exagerado en cierto tipo de persona a la que se califica de “atractiva”. La persona alta y delgada, de ojos azules y cabello rubio. Sin embargo, recuerda que estas imágenes están basadas en criterios mercantilistas y de ventas; no tanto –o no siempre– en la realidad. Además, los criterios de belleza son cambiantes. Quizá dentro de unos años la delgadez sea sinónimo de enfermedad y no de atractivo.

B) Las burlas de malos amigos. ¡Qué crueles pueden ser algunas personas! Para ellas, es muy fácil hablar mal sobre “ese gordo” o “aquella narizona”. Sin embargo, recuerda que si alguien se burla de tu cuerpo, ten la seguridad de que no se trata de un buen amigo, porque los buenos amigos se aceptan tal y como son. Además, no se ríen a costillas tuyas.

C) Comparación con amigos o conocidos considerados “atractivos”. “¿Por qué no soy como Susana (o cualquier nombre)?” Esa raíz de envidia puede enviarte directamente a un pozo que se llama frustración. La verdad es que tú no necesitas compararte con nadie. Eres especial así como eres; eso es lo que Dios dice.

D) Un estilo de vida no saludable. Por supuesto, el exceso de peso es un peligro para tu salud, aparte de ser un obstáculo en tu atractivo físico. El consumir golosinas en exceso, bebidas gaseosas, comidas rápidas, exceso de grasa, etc., te llevará, no sólo a verte mal y poco atractivo, sino que también afectará seriamente tu salud. La automedicación o el ignorar las enfermedades también son riesgos para la salud y para tu aspecto físico.

E) Una excesiva atención a lo externo. Es posible que estés ocupando demasiado tiempo en autocompadecerte solamente por unos pies grandes o unos ojos muy pequeños. ¿Y qué de tus cualidades internas? ¿Ya pensaste en ellas? ¿Te has tomado el tiempo de apreciarlas y cultivarlas?

F) Malos sentimientos o mala conciencia. A algunas personas se les nota en el rostro cuando están llenos de amargura y rencor. Si hay pecados sin confesar en tu vida o si hay relaciones rotas o conflictos sin resolver, debes esperar que tu apariencia general se vea afectada y tu actitud ante la vida sea negativa.


2. ¿Qué dice Dios acerca de tu cuerpo?

a) Eres creación perfecta de Dios. El Salmo 139 afirma: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!”. ¿Te das cuenta? Parte de las maravillas de Dios es tu cuerpo. Él mismo te hizo, como dice el salmista “formidables y maravillosas” son las obras del Señor al crearte tal y como eres. Eso implica que no hay otro igual a ti. ¡Qué maravilla!

b) Fuiste hecho a imagen de Dios. Génesis 1:27 afirma: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Además de ello, más adelante, el v. 31, dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. ¡Tú estás en esa evaluación! ¡Imagínate! Dios comparte contigo parte de su ser como persona. Tus características morales, espirituales, sociales, creativas, etc., son parte de la Persona misma de tu creador. Aunque, por supuesto, la imagen de Dios no incluye el cuerpo (puesto que él no lo tiene, ya que es Espíritu), sí es emocionante pensar que compartimos características que Dios tiene. ¡Eso nos hace sumamente especiales como personas y como raza humana!

c) Eres muy valioso. Mateo 10:29-31 dice así: “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”. Si Dios se encarga de cuidar a toda su creación, es decir, los animales, las plantas y la naturaleza, Jesús afirma que tú y yo valemos mucho más que ellos.

d) Tu cuerpo es sagrado. 1 Corintios 6:19-20 dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”. La idea de que el cuerpo es templo del Espíritu señala la santidad de tu cuerpo. No puedes hacer con él lo que se te antoje o abusar de él. Es de Dios, ya que él te compró a un precio muy alto: la vida de Su Hijo.

e) Con tu cuerpo sirves a Dios y a los demás. Romanos 12:1: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. Es interesante notar que Pablo no nos ruega presentar los espíritus en sacrificio vivo, sino los cuerpos. Esto habla acerca de la función del cuerpo en servir al Señor. Por lo tanto, lejos de ser despreciable, tu cuerpo es una herramienta para bendecir a Dios y para ayudar en las necesidades de los demás. ¡Úsalo para la gloria del Señor!


f) Tu atractivo debe ser, primeramente, interno. 1 Timoteo 2:9-10 y 1 Pedro 3:4 hacen una lista de lo que debe ser el atavío (se dirige a las mujeres, pero creo que los principios son aplicables a los varones también): ropa decorosa, pudor, modestia, buenas obras; espíritu afable y apacible. Que tu apariencia siempre refleje estos valores y entonces, Dios te considera una persona sumamente atractiva.


3. ¿Qué puedes hacer para comenzar a amar tu cuerpo?


  • Da gracias a Dios por haberte dado tu cuerpo. Hazlo en este momento y comienza a experimentar el gozo de la gratitud.

  • Enfoca tu atención y tus energías en servir a los demás. Busca a alguien en necesidad y presta tu auxilio desinteresado y amigable. De esta manera, comenzarás a ver tus propias fortalezas y cualidades en el servicio a otros.

  • Si escuchas comentarios burlescos en relación con tu apariencia, tómalos a la ligera y con un toque de humor. Las personas que no se toman demasiado en serio son más atractivas que las que se ofenden por todo. Además, si los que se burlan te ven afectado, enojado u ofendido, el resultado será, en muchos casos, contraproducente; es decir, se seguirán burlando para provocarte.

  • Cultiva amistades genuinas con personas que te amen y te acepten tal y como eres.
    Recuerda que la perfección absoluta sólo corresponde a Dios. De hecho, hay que decir que tus defectos –aun algunos físicos– son parte de tu personalidad y te definen como individuo. Por lo tanto, aprende a apreciarlos. Obviamente, si hay aspectos físicos o de conducta que se pueden cambiar, hay que hacerlo, pero recuerda que nunca estarás libre de defectos.

  • En cuanto a tu apariencia, hay cosas que puedes cambiar y hay otras que no. Haz un esfuerzo por mejorar lo que está a tu alcance. Considera los siguientes consejos:


  1. Cuida tus hábitos alimenticios. Procura comer sano y a tiempo. Evita las golosinas y las comidas con exceso de grasa, entre otras cosas.

  2. Haz ejercicios moderada y regularmente.

  3. Controla tu peso, no de manera obsesiva, sino buscando sentirte bien contigo mismo.

  4. Procura cuidar tu presentación personal:

  5. Vístete con modestia, sin exhibicionismos innecesarios.

  6. Mantén tu ropa limpia, planchada y de acuerdo a la ocasión.

  7. Toma un baño regularmente; limpia tus dientes después de las comidas; lávate el cabello con regularidad.

  8. Visita al médico y al dentista con regularidad; no solamente cuando estás enfermo. Es mejor la medicina preventiva que la curativa, y además eso ayudará en tu aspecto general.

  9. Cambia tu actitud ante la vida: sé optimista.


  • Lee buenos libros. Es increíble cómo mejora la imagen de las personas con los conocimientos generales.

  • Mírate en el espejo y haz una lista de las cosas buenas que tienes físicamente. Considera las que puedes mejorar y piensa en la manera en que lo harás. Esto te ayudará a establecer un “estándar personal de atractivo”, que no esté basado en el cine o la TV, sino en tu propio cuerpo. Por supuesto, recuerda no poner metas inalcanzables, sino realistas, basadas en tu propio atractivo y tus fortalezas.

  • Ten cuidado con las cirugías estéticas. Aunque claro, en muchos casos extremos (quemaduras, accidentes, defectos graves) son una buena alternativa, hay que estar conscientes que, además de ser muy caras, conllevan riesgos y, de todas maneras, no eliminan los complejos de inferioridad.

¡Ya no creo que exista la fidelidad!


¿Cuántas veces te han defraudado? Quizá un amigo divulgó un secreto que tú, tan cándidamente le habías confiado. Quizá ese líder cristiano que tanto admirabas tuvo una explosión de ira, mostrando cuál es su verdadero carácter. Quizá tu novio cristiano te abandonó por otra chica, aunque eso no le impide continuar con su imagen de gran líder en la iglesia. Sea cual sea el motivo, ¿no es cierto que cada día es más difícil creer en la existencia de la fidelidad? Es que, una cosa es leer que Dios era fiel en la época bíblica. Otra, muy diferente, es aceptar que en este mundo de deslealtad, eso aún sea cierto. Para ti que estás defraudado y listo para abandonar la esperanza de encontrar fidelidad a tu alrededor, considera las siguientes preguntas.

1) ¿Ha dejado Dios de ser fiel?
No te estoy invitando a abandonar tus quejas de manera hipócrita y simplista. Tampoco pretendo “defender a Dios” como si Él necesitara la defensa de seres insignificantes como nosotros. Sin embargo, antes de contestar que “sí” a la pregunta, piensa: ¿de verdad estás dispuesto a contradecir textos tales como Dt. 7:9, “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman…”? Considera si es seguro abandonar a aquel que afirma fidelidad en toda circunstancia o si es mejor aferrarse a Él en los momentos en los que todos los demás parecen huir.

2) ¿Estás tú dispuesto a ser fiel?
A veces es más fácil señalar las fallas de otros, en lugar de reafirmar mi carácter fiel a pesar de las situaciones difíciles. Recuerda que el carácter de un héroe surge en los momentos de dificultad, no tanto de alegría. Con razón, el Señor Jesús le pidió a los creyentes de Esmirna que fuesen fieles “hasta la muerte” (Ap. 2:10). Lee todo el texto y repasa en tu mente las palabras “cárcel… pruebas… tribulación… muerte”. Es en esas condiciones que el Señor requiere fidelidad a Él. Así que, en el momento de traición de un amigo o de decepción por actitudes de otros creyentes, ¡es momento de apretar los dientes y ratificar tu lealtad a Cristo! Esa actitud traerá una nueva disposición a tu vida y te llenará de esperanza y valor.

3) ¿La infidelidad es una conducta constante en los demás?
Debes tener en cuenta que todos los seres humanos, por naturaleza, somos infieles (Rom. 3:10-12). Por muy buenos amigos que tengas, tarde o temprano, ellos (y tú también) pecarán de palabra o de hecho; por comisión o por omisión. Entonces, la pregunta no es si te han fallado o si tú has fallado, ya que estoy seguro de que la respuesta es “sí”. La cuestión es determinar si las fallas son habituales o si se dio en una situación específica. Si es este último el caso, quizá hay esperanza de lograr una restauración de la relación o una actitud de perdón hacia esa persona. Si es una conducta constante, aunque igual debes perdonar, quizá debas comprender que lo mejor para ti es dar por terminada la relación con esa persona. De cualquier manera, una situación así no implica que debes perder la esperanza y la confianza en las personas.

4) ¿Todas las personas que conoces son infieles?
Aunque en momentos de desilusión, cuando alguien te falló, tienes unas profundas ganas que gritar “¡¡SÍ!!” a esta pregunta, debes reconocer que eso no sería ni cierto ni justo. La verdad es que las personas fallan, pero no todos somos iguales. Piensa en cinco personas que te aman y te aceptan tal y como tú eres. Debes reconocer que ellos muestran fidelidad hacia ti, aunque también son falibles. Da gracias a Dios por personas como estas.

5) ¿Has intentado ayudar a alguien hoy?
Quizá preguntes, “¿Y qué tiene que ver eso con los infieles que me han herido?”. Ahora te lo explico. Una de las mejores terapias para superar un daño emocional es enfocar nuestras energías en ayudar a otros que están en situaciones similares. De esa manera, nuestros problemas se colocan en una mejor perspectiva, e incluso pensamos en alternativas de solución para ellos. Si no me crees, ¡inténtalo! Busca a esa persona que te comentó que está triste y desanimada. Infórmate sobre sus sentimientos y circunstancias y trata de darle unas palabras de ánimo y consuelo. Por supuesto, no hablo de enredarte en una situación de confusas emociones, sino de ayudar de manera sincera y oportuna a alguien en necesidad. Recuerda que si no funciona, no has perdido nada; tus problemas te estarán esperando como siempre, pero si funciona, habrás encontrado una puerta de salida para tu desilusión y un medio para bendecir a otro.

Es fácil desilusionarse por la infidelidad de otras personas. Sin embargo, Dios desea que salgas de tu cascarón de aflicción y seas un fiel agente de esperanza y consuelo para los demás. Confía en Dios, quien siempre será fiel, a pesar de nuestra impiedad. Muéstrale al mundo que aún vale la pena confiar en las personas. Reaviva la esperanza y pon en acción tu capacidad de dar esperanza, imitando a Aquel que fue fiel hasta la muerte por nosotros.

Conociendo mejor al Espíritu Santo en El Carreto


En días pasados tuve el privilegio de enseñar la clase de Pneumatología en la aldea de El Carreto, departamento de Valle, al sur-oeste de Honduras. Esta clase es parte del innovador programa de Alcance Mundial, llamado IBM (Instituto Bíblico Móvil), el cual busca capacitar a pastores y líderes del área rural en unos diez países del mundo (Para más información sobre Alcance Mundial y el IBM, visite el sitio en inglés www.world-reach.org).

Algunos temas tratados en la clase fueron: El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, en la vida de Jesús y sus enseñanzas y en el libro de Hechos. Además, estudios sobre el Espíritu y la salvación, el bautismo y la llenura del Espíritu Santo, la espiritualidad cristiana y, por último, un estudio sobre el movimiento pentecostal.

A pesar del calor yla humedad de los primeros días y de la lluvia de los últimos días, el tiempo se hizo corto para recordar, pensar y reflexionar acerca de las implicaciones de esta doctrina tan relevante y práctica para la iglesia cristiana.

Desde este espacio de reflexión, deseo agradecer a cada hermano y hermana que participó como estudiante o parte del equipo que organizó la clase. Son ustedes muy especiales. Espero verlos pronto en una nueva clase.

Mientras, tanto, sigamos aprendiendo del Señor a cada paso que demos.

Que Dios los bendiga.

Levántate, tú que duermes


“Cinco minutos más...”, “Ya voy, no me apresures”, “Qué lata tener que hacer esto”, “Mejor mañana lo termino”. Las anteriores son frases que reflejan un estado peligroso; que paraliza cada iniciativa y nos acerca a la negligencia: la pereza. Muchos en algún momento de nuestras vidas sufrimos sus efectos y no todos la superamos. A continuación, te presento algunas alternativas de solución para esta cadena que nos puede llevar a ser esclavos del fracaso.

1. Síntomas

El diccionario define la pereza como la “repugnancia al trabajo y al esfuerzo”. Las siguientes son algunas características que se presentan en aquel que tiene tendencias hacia la pereza:

Físicamente - No dan ganas de trabajar, ni de ir a la escuela o cumplir con deberes.

Mentalmente - Aburrimiento, falta de iniciativa o motivación, aplazamientos continuos de tareas y deberes, sentido de fracaso antes de emprender cualquier cosa, ve las tareas más grandes de lo que son, miedo al fracaso (“Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle”. Prov. 22:12), etc.

Espiritualmente - Envidia, falta de compasión, sentido de impotencia ante las demandas del Señor, abandono de las disciplinas básicas, etc.

2. Causas

a. Físicas: En la etapa de la adolescencia, debido a todos los cambios físicos que se están dando, el cuerpo del joven invierte más energía y, en consecuencia, se siente más cansancio de lo normal. También puede haber casos de anemia que deben ser tratados por un médico.

b. Psicológicas. Una baja autoestima puede producir que la persona sienta desgano por la vida y las actividades diarias. Por otro lado, el haber experimentado fracasos en cierta actividad importante puede hacer que el ánimo se venga abajo.

c. Ambientales: A veces, una crisis familiar o un ambiente hogareño difícil (divorcios, conflictos frecuentes, enfermedades o muerte de seres queridos) precipitan la tendencia hacia la depresión, la inercia y la pereza.

d. Formativas: En algunos hogares, los padres no le dan responsabilidades y deberes a sus hijos y más bien los consienten en su conducta y les satisfacen todos sus caprichos. Esta falta de disciplina y vida fácil acostumbran al joven a recibir sin dar y a reclamar sin esforzarse. Como el trabajo no ha sido parte de su vida, ya no les hace falta y les cuesta poner esfuerzo en lo que hacen.

3. Consecuencias

a. Mala percepción de las capacidades: El joven comienza a convencerse de que no es capaz de lograr anhelos y metas.

b. Descenso en las aspiraciones y planes: Esto es consecuencia de lo anterior.

c. Un sentido de dependencia enfermiza de otros. El joven que está siendo vencido por la pereza siente que otros deben hacer las cosas en su lugar. Está convencido de que él no puede terminar lo que comenzó y empieza a buscar a alguien que lo empuje a terminar. Una persona así puede convertirse en “adicto a la ayuda”.

d. Irresponsabilidad constante. Esta es una de las consecuencias más obvias de la pereza. Ya que no hay entusiasmo por el trabajo y más bien, se tiende a rehuir del él, las responsabilidades no se cumplen y los trabajos quedan a medias. Muchas veces, la filosofía detrás de la pereza es que “algo tiene que arreglar todo”.

e. Se logran pocas cosas. Las metas, cuando existen, no son alcanzadas y la persona se acostumbra a pensar que “así soy yo”. El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada. Prov. 13:4. A la vez, se pueden unir otros problemas, tales como la mentira (para cubrir la irresponsabilidad), la costumbre de presentar excusas por todo o la tendencia de culpar a otras personas.

f. Se aleja a los amigos o colaboradores. Nadie desea trabajar con una persona que rehuye sus responsabilidades. Prov. 10:26 dice: Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, Así es el perezoso a los que lo envían”.

g. Pobreza y fracaso. La Biblia lo dice así: No ames el sueño, para que no te empobrezcas; abre tus ojos, y te saciarás de pan” (Prov. 20:13). “Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa”. Ecl. 10:18. Benjamín Franklin dijo: “La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla”.

4. Qué dice la Biblia

  • Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado. Prov. 6:6-9. Es necesario prepararse de antemano y no amar el sueño.
  • El camino del perezoso es como seto de espinos; Mas la vereda de los rectos, como una calzada. Prov. 15:19. Al que le da gusto a la pereza le espera un difícil camino.
  • Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre armado. Prov. 24:30-34. El mal trabajo de un perezoso es evidente y sirve de mal ejemplo para otros.
  • Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. 7Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. 10Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 2 Tes. 3:6-12. Es responsabilidad y buen testimonio que como cristianos trabajemos para obtener nuestro sustento.

5. Consejos prácticos para superarla

a. Reconoce el problema.

b. Si la causa es física, busca solución médica.

c. Procura establecer metas (al principio pequeñas y poco a poco mayores).

d. Pide ayuda:

· Al Señor, en oración

· A tus padres

· A tus maestros

· A los líderes de tu iglesia

· A amigos que son más disciplinados

e. Trata de controlar factores ambientales que te quitan el entusiasmo por el trabajo:

· Desconecta o apaga el teléfono si tienes que trabajar

· Apaga la TV y pide a tus padres que te ayuden a resistir la tentación.

· No estudies cerca de la cama o acostado

f. Busca nuevos retos que mantengan tu motivación. Haz un horario que te ayude a definir qué tienes que alcanzar cada mes, cada semana y cada día.

g. Pide a tus padres que te premien por alcanzar alguna meta difícil. Puedes premiarte tú mismo por algo que hayas logrado.

h. Busca compañías que amen el trabajo y que te ayuden a superar el problema.

i. Busca ayudar a alguien necesitado. De esa manera, comprobarás que eres necesario y que puedes poner en práctica las habilidades que Dios te ha dado.

j. En lugar de decir “mañana lo haré”, pregúntate “¿Lo puedo hacer hoy?”

k. No te compares con nadie. Tu vida es única. Cuando te comparas con el mejor de la clase, puedes sentirte frustrado y perder el entusiasmo.


“No es perezoso sólo el que no hace nada, sino también el

que pudiendo hacer algo mejor, no lo hace”.- Sócrates

La pereza no es más que el hábito de descansar

antes de estar cansado. Jules Renard

No existe pasión más poderosa que la

pasión de la pereza. Samuel Beckett

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